Suite Yamamoto - 108-

Parpadeé al ver que ella no me respondía. Esperaba alguna reacción violenta de su parte, mínimo algún regaño por jugarle aquellas clases de bromas. Sin embargo, su reacción fue completamente opuesta a lo que me había imaginado. Retrocedió mientras su rostro reflejaba un sentimiento que no pude reconocer del todo...¿sorpresa?¿verguenza?, quizás ambos. Chocó su espalda contra la pared y se deslizó por la misma sentándose en el suelo. ¿Me habré pasado al decirle eso?. Quizás Tsubasa era aún más inocente de lo que yo creía.

Me acerqué hacia ella y me agaché para estar a su altura mientras intentaba sonreírle como siempre lo hacía a modo de querer tranquilizarla.

-Ma ma... sólo era un broma, Tsu-chan- repetí para que ella reaccionase.

Apoyé mi mano en su cabeza como si fuese una niña, despeinándola un poco y continuando sonriéndole. Ahora sabía que con ella debía avanzar de a poco o podría terminar mmm... ¿traumándola? si, esa era la palabra correcta...

Se quedo viendolo realmente sorprendida, aunque de alguna forma parecia gratamente tranquila. Por alguna razón, aquella amigable sonrisa del mayor le resultaba muy... Calida y apasiguadora, ya que dificilmente alguien que provocaba ese tipo de sensaciones y sentimientos violentos en ella, que la mayoria del tiempo era una persona indiferente que ignora mucho su entorno en general, no era precisamente los que le agradasen demaciado.

Su mirada se calmo, asi como su reacción y solo se paro, un poco avergonzada pero más como era ella en realidad, tranquila y distante.

-Eres.... Extraño, Yamamoto Takeshi... -Le dijo sin mero arrepentimiento posterior, era sincera, más no se guardaba nada hasta el punto de a veces, quizas no tan aveces, sonar demaciado directa. Le miraba con sus orbes azules tan penetrantes y filosos, dignos de un leon, mientras se acomodaba la pañoleta roja de su uniforme de chef.

Cuando finalmente reaccionó y se levantó, yo hice lo mismo y di un paso atrás para dejarle un poco más de espacio. Cuando afirmó que yo era una persona extraña, solté una gran carcajada.

-Jajajajajajaja ¿Enserio? Eres la primer persona que me dice algo así - comenté.

Ciertamente me habían dado varios adjetivos a lo largo de mi vida. Algunos buenos, otros no tanto y algunos que otros divertidos. Sin embargo, era la primera vez que escuchaba que alguien me llamaba "extraño". Me preguntaba que era lo extraño que había visto en mi.

Retrocedí nuevamente hasta chocar con el borde de la cama donde me senté. La miré nuevamente con una sonrisa en mis labios mientras ella se arreglaba un poco su uniforme.

-Oi Tsu-chan... ¿qué te gusta hacer aparte de cocinar?- le pregunté cambiando el tema de conversación radicalmente, sólo para evitar una escena como la anterior.

Tras acomodarse y apoyarse contra la pared mientras se cruzaba de brazos, rapidamente miro y escuchó la respuesta del mayor. Madre mia, ¿Es qué nunca dejaba de reirse? Suspiró agobiada por ello, era fatidico, pero por alguna razón no deseaba que eso cambiara. Bueno, si habia algo que decir, era que nunca lo podria ver como una mala persona, quizás como un idiota, pero jamás como una mala persona.

Se vio involucrada en una pregunta curiosa, acomodandose en su lugar y pensando que responder. No le era muy dificil pensar que otras cosas le gustaba hacer además de cocinar, pero basicamente no sabia que elegir como la mejor.

-Supongo que me gusta dibujar y pasar tiempo con mis hermanos....-Respondio rapidamente, mientras cerraba los ojos y sonreia ligeramente. Pensar en su familia siempre le alegraba.