Chi No Ryū -Suite 672-

-Con tan poco de tiempo de acostumbrarme a la forma de trabajo de este hotel, aun que, siempre teniendo su típica actitud alegre y un tanto bipolar de siempre. Siendo llamado para ver a quien habia contratado mis servicios, estaba un tanto impaciente y un tanto emocionado. Claro, antes anotando el número de habitación del huesped. Caminando con paso ligero, pero un tanto ancioso, llegando a uno de los elevadores oprimiendo el piso deseado.-

¿Quien me habra contratado? Espero me trate bien~ ¿Y si me trata mal? Aaaaah~

-Poniendo una gran sonrisa en mi rostro, teniendo pensamientos un tanto "positivos". No podria esperar más para aquel encuentro. Llegando al piso, caminando hasta el número de habitación. Parandose frente a la puerta, dando ligeros golpes sobre esta.-

Estaba tocando en el piano una melodía que llevaba tiempo componiendo, cuando alguien llamó a la puerta.

Me levanté, terminando la canción con un ligero acorde a medias, y abrí la puerta despacio... para entontrarme con un joven bastante curioso.

Su pelo llamó la atención al instante, de un color azulado verdoso intenso, pero segundos después ya no le prestaba atención a éste, cautivada del todo por sus ojos, de un tono muy parecido.

-¿Eres el botones no? Pasa - le dije educadamente haciendo un gesto con mi mano para que entrase.

Le di la espalda para entrar de nuevo en la Suite, dejando así que fuese él quien cerrase la puerta al entrar.
De nuevo me giré hacia él, sonriente.

-Me llamo Hikari, pero por favor, llámame Hike. ¿Y tú?

-Entrando a la habitación, siendo invitado por aquella chica en parte un tanto misteriosa y en la otra seria. Cerrando ligeramente la puerta, caminando hasta el momento en que ella se detiene y da su presentación. Manteniendo una sonrisa en el rostro un tanto infantíl, pero a la vez aliviado de tanta emoción por el momento en poder conocer al huesped. Inclinandose levemente hacia adelante como una pequeña reverencia frente a ella. Murmurando unas pequeñas palabras.-

Mucho gusto, Srita Hike. Mi nombre es Mikuo. Y puede decirme como usted guste.

-Volviendo a su posición recta, observando con un tanto de admiración y curiosidad la suite de la chica.-

-Entonces te llamaré Mikuo-dijo la chica con amabilidad.

Acto seguido fue al pequeño mini-bar de la sala, y sacó dos refrescos de cereza, para entregarle uno de ellos al chico.

.Espero que te guste-dijo sonriente entregándole la lata-Dime Mikuo... ¿De dónde has salido tu?

Lo preguntó en un tono un poco burlón, lo único que quería era saber más de aquel nuevo conocido.

-Tomando delicadamente aquel refresco que tan amablemente le ofrecio la chica, observandola un poco más atentamente. Escuchando atentamente sus palabras, sonriendo un poco más.-

Vengo de una familia ni muy reconocida, ni siquiera aclamada. En realidad, la unica familia que tengo es mi pequeña hermana. Que pienso, a sufrido mucho más que yo por todo lo que hemos vivido y lo que nos queda. Y pues..

-Cambiando un poco su tono melancólico por uno un tanto más animado, sonriendole a la chica.-

Trato de darle una vida mejor. Asi que me estoy esforzando por ella. Y como usted me a contratado, daré mi mejor esfuerzo en lo que necesite de mí. Asi que, pidame lo que usted desee.

Hikari le miró, ligeramente intrigada y a la vez sorprendida.
En la ficha que le dió aquel amable "hombre-gato" rezaba que éste chico, Mikuo, era un Demonio.
Pero ella conocía a Demonios, y nunca había visto uno como éste.
No solo su aura no era tan oscura como era la de los Demonios en general, sino que además le estaba diciendo que cuidaba de su hermanita pequeña.

-Eres extraño... para ser un Demonio

Quizás la ficha estaba confundida, y en realidad no lo era. Podía ser de alguna otra raza, y en el registro estaban confundidos.
Bebió de su refresco de nuevo, y con un gesto le dijo que se sentase y se pusiese cómodo en el sofá que había en el centro de la sala.

Cada demonio tiene su personalidad, ¿no es asi? Eso quiere decir que no soy tan raro como la mayoria de los humanos o de otras especies.

-Rie levemente, ante su comentario un tanto complicado para su "largo" vocabulario. Observando el gesto de aquella chica, caminando tranquilamente hasta el sofá, hubicado en el centro de la sala. Sentandose, manteniendo la mirada sobre ella, aun con la leve sonrisa que no podia dejar de mostrar.-

¿A que se dedica? No nos dan mucha información sobre quienes nos contratan, aun que, se ve una persona demaciado calmada y pasiva.