Trabajando como de costumbre

Eran ya las siete de la tarde y a estas cuestiones la unica persona que estaba en la cocina era una de las chef más jovenes del hotel, quizas la más joven. A pesar que el horario de ingreso a la cocina para prepararse para la llegada de los clientes era a las siete treinta de la tarde, la joven Leon tenia la costumbre de llegar mucho antes que eso, quizas demaciado antes, pues llevaba ya 2 horas alli, cocinando por ocio y preparando todo para la hora estimada.
Como era de costumbre, iba vestida con el uniforme de la cocina, aquel que iba de blanco, con pantalones de color grises y zapatos negros, claro, sin olvidar el distinguido pañuelo rojo que iba alrededor del cuello, señalando su alta cocina. Con su cabello negro y desmechado atado en una coleta baja, iba llevando una expresion taciturna y aseriada, aunque con cierto desden, pero jamas mostrando aburrimiento.

Adoraba su trabajo.

Sus ojos azules iban posados comodamente en la atención a los ingredientes que iba picando y preparando, como si supiera de ante mano que podian pedir aquellos comensales que ingresarian a partir de las ocho de la noche. Pero aunque lo hacia con eficacia y siempre parecia recurrente en su trabajo, siendo una de las más destacadas, aveces su caracter era....

Algo que dejaba mucho que desear.

-Lo matare.... -Clavando el cuchillo sobre la tablilla, logrando mostrar la expresion rabica y asesina en su rostro, deseaba con fervor posarle las manos encima a su explotador jefe.

Los labores habían finalizado con éxito, mucho antes de que los huéspedes pensados llegaran. Como no tenía nada más que hacer, recorrió todo el camino de la cocina, sitio que le agradaba en demasía, pues ahí se desempeñaba la carrera que pensaba estudiar cuando tuviese el dinero suficiente.

Abrió la puerta en silencio y a pesar de ir vestida como mucama, nadie reparó en ella. De puntitas, se acercó a una distancia prudente de la chef y miró lo que hacía con atención, también se percató de la molestia que parecía tener con alguien, fue tan extraño el hecho que le bajó una gotita de la sien. Elevó un índice y presionó el hombro de la chica.

- Sempai .. ¿Quiere que la ayude en algo?

Abandono sus lugubres pensamientos al pequeño contacto de las delicadas manos de una mucama que se habia adentrado a la gran cocina ubicada en el restaurant donde pasaba al menos 8 horas como minimo al dia. Se voltio vagamente, oyendo el amable ofrecimiento, y acostumbrada a que la trataran tan formal por su intimidante ecencia de leon con mal caracter, se mostro igual de taciturna que siempre, pero esta vez dejando ver una ligera sonrisilla que casi ni se notaba.

-No es necesario, aun no comienza el turno de la cocina, asi que no hay mucho que hacer.... -Explico vagamente, observandola, si no mal recordaba esa chica queria estudiar gastronomia, seguramente queria hechar un ojo a la cocina y aprender un poco.

-Pero si quieres busco algo en lo que me puedas ayudar....-Intento ser amable, no era muy buena tratando con la gente, mas aun con gente que mostraba tanta inocencia.

Asintió muchas veces, siempre estaba buscando serle útil a los demás, el haber entrado a tomar dicha profesión lo delataba con creces, sin embargo incluso ahora se estaba comportando como una Maid, la Maid de la chef. Retrocedió un par de pasos y unió las manos frente a su pequeño delantal blanco, esperando a las órdenes de dicha. Su propio rostro se había calmado y no mostraba el nerviosismo de momentos anteriores, tal vez para eso estaba hecha, para obedecer y cumplir órdenes al pie de la letra.

- Lo que usted me pida.

Penso unos momentos que tarea podia darle a la joven mucama y lo unico que se le ocurrio por el momento era pelar y cortar las verduras que serian basicamente fundamentales para la hora en que llegaran los comensales y tuvieran que empezar a preparar la comida de diferentes tipos y gustos. Le acerco sin mas que decir una olla y dos sacos de patatas y cebollas para que empezara.

-Puedes ir pelando esto, luego veremos que más hay que hacer....-Ordeno rapidamente en lo que continuaba cortando pimientos con la agilidad de una chef profecional.