Después de la playa, a descansar en el hotel [Arthur]

Caminamos en silencio todo el recorrido de la playa hacia aquí. No había sido tan incomodo como con otras personas solía suceder la mayoría de las veces. De vez en cuando miraba de reojo al rubiecito cuando este no se daba cuenta, parecía muy concentrado en otra cosa que creo no ser capaz de descifrar, después de todo apenas nos conocíamos.

No pude evitar quedarme algo boquiabierto al ver el gran hotel alzarse ante nos otros con majestuosidad. Entramos en él y nos dirigimos directamente a la recepción donde nos atendieron con amabilidad y cordialidad. Cada uno se registro por su lado, dándonos nuestras respectivas llaves de habitación.

Una vez terminada la registración, volví a donde había una sala de espera y me senté sobre uno de los sillones dejando las maletas de un lado, dispuesto a esperar a Arthur para entregarle su respectiva maleta.

Llegamos al hotel finalmente, donde nos separamos para registrarnos por separado, no sin antes sacar unos papeles de mi maleta. Al parecer Mariane ya me habia registrado antes, solo necesitaba dar la contraseña y mostrar mi identificacion para obtener mi llave. Sin mayores reparos di la información a la señorita, para despues girarme y hallar a Alfred con nuestras maletas en la sala de espera.

-Bueno, creo que esto es el adios- dije sonriendo forzadamente mientras tomaba mi maleta, -Gracias por todo Jones..- murmure un gracias honesto, por segunda vez en el día. Tal vez era porque sabía que seria dificil vernos de nuevo, aun hospedandonos en el mismo hotel.

Yo solo soy un sujeto mas que conocío, me reprendi eliminando cualquier esperanza en mi interior.

Cuando mi nuevo amigo se acerco, lo recibí con una gran sonrisa adornando mi rostro. Extendí mi brazo ofreciéndole su maleta de vuelta.

- No hay porque, después de todo me lo merecía, ¿no? –bromeé para quitar el ambiente tenso que se empezaba a sentir, tal vez es porque era momento de la despedida y yo no quería que eso pasara. Tal vez esto era lo mejor, por lo que somos, no volvernos a ver nunca más…

Pero, después de meditarlo por unos segundos, llegué a la conclusión de que ahora me estaban entrando las ganas de ser egoísta a costa de lo que fuera.

- Hey, ¿Por qué no salimos a hacer algo juntos? Podemos ir a cenar, nadar al mar de nuevo, conocer la ciudad, el hotel, lo que quieras –propuse con ánimo esperanzado en obtener un sí como respuesta.

Me sorprendí ante su peticion, haciendome pensar sinceramente si ese chiquillo podía leer mi mente o algo parecido, ya que era la segunda vez que parecía adivinar lo que me preocupaba y solucionarlo. Justo como un heroé.

-¡Ah, eso seria perfecto!- exclame con alegria, mas rapidamente me callé y me obligue a fruncir el ceño, -Es decir, no estaría mal..- murmure cortamente mientras desviaba mi vista hacia el suelo.

Deja de lucir tan feliz, Idiota.., me regañe frustrado mientrás volvia ya mi vista calmada al americano.

Reí extremadamente agradado de que hubiera aceptado, pero en parte también me estaba riendo de lo gracioso que se me hizo el cambio tan repentino de humor por parte de él “caballero”. Me acerqué a él y con una de mis manos revolví sus rubios cabellos alborotados.

- ¿Te han dicho que eres muy bipolar? –pregunté con una sonrisa ladina- me agradas –añadí siendo completamente sincero, como no lo había sido exactamente desde que nos habíamos visto por primera vez.

Tomé su brazo para jalarlo conmigo hacia una puerta que se veía en el otro extremo de la habitación, que nos conducía a un patio extremadamente amplio, en donde en una esquina tenía una alberca. Miré alrededor examinando para darme cuenta que también había un estilo escenario en dirección contraria a la alberca. Tal vez dan presentaciones en la noche, pensé.

- ¿Qué quieres hacer primero? –volví mi mirada buscando los ojos verdes del otro.

Iba a farfullar unas cuantas maldiciones a su persona despues de su primer comentario, pero tras el segundo, solo pude evitar resoplar y bajar mi vista, sonrojado y avergonzado. De verdad no entendía como podía ser tan idiota a veces, y despues un tanto.. lindo. O peor, no podía entender como alguien como él lograra sacar esas sensaciones y emociones en mí.

Me deje llevar cuando jaló de mi brazo, lo que agradecí despues de darme cuenta que ibamos hacia afuera. Respire el aire libre y suspire tranquilizando finalmente el latir de mi corazón.

-¡¿Eh, justo ahora?!- me sorprendió su pregunta, no me imaginaba algo tan repentino, -Pero.. ¿Y las maletas?- pregunte consternado, mas solo fue una forma de disfrazar mi nerviosismo.

Ladeé la cabeza en un gesto pensativo ante su pregunta, tenía razón… no había pensado en las maletas antes por estar distraído pensando en una buena excusa para pasar más tiempo con el rubio.

- Eh… bueno… -empecé sin saber que decir exactamente- ¡dejémoslas en la recepción! Seguramente allí las cuidan –sonreí heroicamente orgulloso de haber podido improvisar una solución rápidamente.

Jalé nuevamente de su brazo haciendo así que me siguiera de nuevo hacia dentro del gran hotel. Caminé de nuevo toda la sala para llegar a la recepción en donde pedí el favor de que nos guardaran ambas maletas hasta nuestro regreso del recorrido por todo el lugar; la recepcionista asintió tomando ambos equipajes y metiéndolos a una sala que estaba detrás de ella. Me volví con Arthur.

- ¡Problema resuelto! ¡El hero ah salvado el día! –bromeé dando un leve codazo en las costillas del otro.

Dí un suspiro resignado al verle pensar apenas la respuesta, de verdad que ese chico era impulsivo. Por andar divagando no escuche su propuesta, por lo cual di un respingo al sentir nuevamente ser jalado hacia dentro.

Mire curioso cada uno de sus movimientos, hasta que ví como la señora guardaba nuestras cosas en una habitacion detrás de ella, -¿Hero?- repetí pero esta vez cargado con mi tipico humor negro, y mi tipico acento inglés, -Si tu eres el heroe, el mundo esta perdido..- murmure gracioso para sacarle la lengua y salir corriendo nuevamente hacia el patio.

Miré sorprendido al joven, aunque no duró mucho ya que este salió corriendo fuera del hotel nuevamente. Formé una sonrisita traviesa, no pensé que el rubio pudiera llegar a tener su lado divertido. Ni si quiera me fue necesario correr para alcanzarlo, solo tuve que dar unas cuantas zancadas grandes para llegar a él, lo abracé por la espalda y lo tumbe al pasto para luego hacer una vez más, mi pose heroica.

- ¿Creíste que podrías escapar del héroe, villano? –alcé los hombros con una sonrisa muy altanera, pero en cierto modo divertida por la situación. Me acunclille a un lado de el, mientras le extendía una mano para ayudarle a levantarse.

Ni siquiera pude notar cuando me alcanzo, o cuando se lanzó contra mí. Solo me sentí caer contra el suelo, a lo que cerré los ojos esperando el golpe, mas extrañamente no dolio tanto de lo que creía. Supuse tras unos segundos, que eso era gracias a los brazos que me habian rodeado antes.

-¿Quien dijo que quería huir?- murmure con una sonrisa maliciosa tras escuchar su monologo de heroé, aprovechando su cercanía y su posicion, de un rapido movimiento me lanzé contra su cuerpo, rodando por el pasto hasta quedar sobre él. Me senté a horcajadas sobre él, dejando mis manos sobre su pecho, -No deberias subestimar al malo, Jones..- le guiñe un ojo subiendo una de mis manos hasta su rostro sorprendido y palmar su mejilla antes de soltar una risita.

Deshice mi gran sonrisa para mirarlo miré sorprendido antes de ser tumbado contra el suelo, rodamos una vuelta y de alguna manera, el quedo sobre mí. No pude ocultar mi asombro, pensé que el chico no me seguiría el juego pero al parecer estaba equivocado. Sentí como los colores se subían a mis mejillas al sentir su palmada en ellas, pronto formé de nuevo aquella sonrisita traviesa tan característica de mí.

- Y tú no deberías desafiar al héroe, pequeño Arthur –lleve mis manos a las caderas del mencionado, haciendo así que rodáramos una vez más sobre el pasto, quedando una vez más yo arriba de el- ¡El hero siempre gana, acéptalo! ¡Gané! –elevé la voz casi gritando por mi victoria.

Estaba por levantarme cuando mi pie resbalo arrancando un poco de zacate en el proceso. Accidentalmente deje caer todo mi peso sobre el cuerpo del otro. Mi rostro choco contra la tierra a un lado del rostro del poseedor de aquellas orbes esmeraldas que tanto me habían agradado… ¿¡Que rayos!? Me levanté con pesadez, sin separarme mucho, guiando una mano a mi adolorida cabeza.

- L-Lo siento – me disculpé torpemente abriendo uno de mis ojos para fijarme en la expresión del rostro contrario. Estaba casi seguro que estaba a punto de recibir unos cuantos golpes e insultos por parte de el rubio.

Aprete mis labios al sentirle voltearme, rodando nuevamente sobre el cesped. Y a pesar de mis intentos de dejarle abajo nuevamente, fue imposible considerando la fuerza del niño. Bufé con molestia al verle proclamar victoria, estaba a punto de lanzarme nuevamente contra el, cuando se vino contra mí.

Inhale fuertemente ante la perdida de aire, sin saber que ese olor que me habia mantenido demasiado extasiado durante todo el camino, era aun más profundo y fuerte proviniendo de él mismo y no de su chaqueta. Quede estaticos unos momentos, hasta que reaccione topandome con sus ojos azules que me inspeccionaban con agudeza.

Y como si mi sistema solo estuviera esperando a aquel choque entre esmeralda y azul, mis mejillas se tiñieron de rojo instantaneamente y mi razonamiento para hablar se perdio. Entreabrí mis labios tratando de pronunciar al menos unas silabas, mas me fue imposible ante aquel estado.

Ahora caía en cuenta de todo lo que habia estado haciendo, y lo infantil que me habia portado tan solo hace unos momentos..

De las risas que ese chiquillo me habia arrancado, y no habian aparecido en tanto tiempo en mi vida, que el tiempo ya me era innecesario.

Cerré mi boca, para solo volverla a entreabrir completamente sorprendido ante mi descubrimiento. No tenía palabras para nada en este momento, que eran cuando mas las necesitaba.

Y así sin mas, me quede callado, con mis ojos fijos en los de él, mis mejillas mas rosas de lo que le habia permitido mostrar a alguien y mis labios entreabiertos, temblorosos y confundidos ante las diferentes ordenes en mi cabeza.

El latir de mi corazón se había vuelto en cierto modo rápidos, pero lentos a la vez. Podía sentirlos cada vez más profundos. La sola imagen que tenía enfrente de mi podía causarme un nerviosismo incontrolable.

Vi como entreabría pero volvía a cerrar sus labios un par de veces, mientras sus mejillas se teñían de un rojo suave.

Miré primero con atención sus ojos, que brillaban de una manera que nunca había visto en otra persona, ni si quiera en el. Me quedé hipnotizado por sus orbes esmeraldas, pero solo unos momentos para luego descender mi vista llegando finalmente a sus labios entreabiertos.

Se veían tan suaves, dulces… incluso parecían apetecibles. Tenía ganas de algo dulce, empalagoso, y creo que sus labios podrían saciar bien ese deseo.

Cerré mis ojos unos minutos tratando de contenerme, pero mis instintos corporales iban en contra mía y me incitaban cada vez más a acortar la poca distancia que me separaba del rubio. Volví a abrir mis ojos, que mostraban un brillo extraño, que no era característico de mí.

Incliné mi cabeza, para juntar ambas bocas. Primero fue solo un roce, pero esto me hizo desear más y aproveche que el otro aun tenía los labios entreabiertos para atrapar el labio inferior entre los míos, besándolo suavemente disfrutando de la agradable sensación que me producía esta acción.

Me fue imposible despegar mi mirada de él, sin poder evitar, aquel sentimiento tan confuso y extrañamente agradable que parecia revolotear en mi vientre. Me estremecí silenciosamente al verle cerrar los ojos, privandome de aquella vista tan azul y profunda que me habia tenido capturado.

Más cuando abrio los ojos solte un leve e imperceptible respingo al ver esa mirada en él, ciertamente ese revoloteo suave se habia acrecentado y comenzaba a incomodarme por razones muy diferentes, aunque aun asi no desvie mi mirada de él, permitiendome observar como se acercaba hacia mi, -¿..J-Jones..?- logre murmurar confundido tras batallar un poco con mi mente, pero fue inutil ya que fui acallado por unos suaves y sorpresivamente helados labios, pertenecientes al rubio ojiazul.

Me estremecí totalmente sorprendido mientras el color subia a mis mejillas con rapidez, mas sin siquiera permitirme reaccionar, nuevamente sus labios atraparon los mios, esta vez dandole un significado aun mayor a ese rocé. Instintivamente, moví mis labios contra los suyos, probando ese sabor pero enseguida, una de mis manos golpeo su rostro en una sonora cachetada que resonó en el jardín.

Mis ojos totalmente abiertos, solo pudieron contemplar el rostro girado por el golpe del americano y mi mano alzada. El panico me invadio, a lo que me arrastre hacia atrás, logrando levantarme despues y trás mirar una ultima vez al rubio salí corriendo a mi habitacion.

Corrí y corrí, sin importarme ganar miradas extrañadas. Subí al ascensor enseguida, y trás localizar el numero 10 y aplanarlo, retrocedi hasta chocar contra la pared, dejandome caer hasta el suelo.

¿Que habia sido eso..?

Off~
Te mando link de new tema por msn.

Ahogué un suspiro al sentir a Arthur corresponderme, más eso fue antes de recibir una fuerte bofetada que rápido hizo enrojecer mi mejilla. Sentía como un dolor crecía del área golpeada, y se extendía hasta llegar a mi sien, dejándome un ligero dolor de cabeza.

Miré estupefacto al rubio, quien ponía una expresión que se me antojaba a pánico e inclusive un poco de horror. Se deslizo hacia atrás, se levanto pero antes de irse, me hecho una mirada la cual no pude definir que sentimiento traía.

No lo detuve, deje que se fuera. Si lo detenía, ¿Qué le diría? ¿Qué todo era un error? No. Yo estaba consciente de lo que había hecho y no me arrepentía, tampoco lo consideraba error. No tenía la menor idea de lo que se arremolinaba en mi mente en estos instantes, pero aceptaba que no podía sacarme a aquel chico de la cabeza. Sus ojos, su manera de mirar, su manera en que me regañaba, su manera en que jugábamos…

Y a pesar de que nos conocimos hoy, sentí una extraña familiaridad con aquel chico. Me sentía alegre con su presencia, pude haber venido enojado, frustrado, triste y tal vez deprimido, pero de solo un segundo todos esos sentimientos habían desaparecido cuando lo vi cayendo a la arena para luego escupirla, de un modo demasiado gracioso.

Me había agradado desde el primer momento en que lo vi… pero eso estaba mal, por lo que éramos. Los ángeles no pueden estar con los demonios. Si él se enterara de lo que soy, se alejaría de mí, y no, no quería perder a alguien más. Por eso no se lo diría, no ahora.

Me senté sobre el césped agachando la cabeza, tenía que arreglar las cosas, eso era seguro. Pero, primero tenía que darle unas cuantas horas para pensar, tal vez la mente de él estaba hecha el mismo caos que la mía, pero a diferencia de mi, tal vez el no sabía lo que sentía y yo en cambio, ya sospechaba de mis sentimientos hacia él. Rogué porque mis deducciones no fueran acertadas.

- Arthur… Kirkland… -pronuncié para levantarme de aquel lugar, iría a hacer algunas cosas, entre ellas, sobornar a la recepcionista para que me diera el numero de habitación del ojiverde. Después, iría a hacer otra cosa, solo para matar el tiempo.


Sonreí con ánimos una vez más, ¡no hay nada que el hero pueda solucionar!



Off: Vale, ¡Rol Off!