Visita a las playas ~ ¡Me encantan!

Caminaba a su lado mientras escuchaba la canción que tarareaba observándolo curiosa.

-Ahm... No te preocupes por el alquiler, podemos pagarlo a medias. Sería lo justo.

Tras un breve pero caluroso camino finalmente llegamos a la playa, a la que nos dirigimos quedaba cerca del a escasos minutos, observé el ambiente que se respiraba en la playa con el sonido de las olas del mar, la brisa marina, la gente tomando el sol tranquilamente, el olor a crema protectora y a arena...

-¡Sugoi! ¡Me encanta la playa! -Exclamé moviendo la cola enérgicamente. -Debemos de buscar un sitio para asentarnos aunque primero habrá que buscar el puesto de alquiler de toallas o hamacas. -Decía buscando con la mirada usando la mano a modo de visera.

El calor era evidente, así que no tuvé más remedio que quitarme aquel uniforme blanco que me cubria, dejandoem solo la camisa roja, escuchando lo que decía y asintiendo ante la idea de pagar ambos.
La playa estaba repleta de gente, ya estaba dudando de conseguir un lugar rápidamente, mas la energia y felicidad de mi compañera me saco de esos pensares pasandolos a la busqueda de una tienda de alquiler, la cual encontre no muy lejos de allí.

- Miré Rika, ahí esta el puesto que busca - Indique posando mi man oen su hombro y señalando - Vamos, sera mejor apurarse así conseguimos un lugar.

Le sonreí por unos segundos y, con mi tipico paso elegante, avance hacía el lugar indicado, observando atento cada lugar de aquella playa, notando la cantidad de gente que había, despreocupada y alegre.

- Ahh... Extrañaba ver esto - Dije, sin querer, en voz alta.

Miré hacia la dirección donde me indicaba y efectivamente allí había un puesto / boutique para alquilar y comprar todo lo necesario para un buen día de playa, desde alquiler de hamacas hasta venta de toallas, parasoles, sombreros, pelotas de playa y otro tipo de cosas.

-Tienes razón, allí parece que está el lugar que buscamos. -Dije siguiéndolo. -¿Extrañabas la playa? -Pregunté con mi habitual expresión inocentona. -Yo la verdad también hacía mucho que no iba a la playa. -Añadí alegre.

Según nos acercábamos no podía reprimir mi emoción así que cuando quedaban escasos metros eché a correr con mi habitual forma cursi con las manos levantadas situando los brazos en "v" hasta llegar al puesto.

-¡Ala! ¡Cuantas cosas! -Exclamé.

Observé un sombrero floreado típico de playa con el ala enorme y me lo probé, el sombrero realmente era un verdadero atentado contra el buen gusto pues era bastante horrible.

-¡Que bonito! ¡Mira sigma! ¿Te gusta? -Le pregunté alegremente posando con el horrendo sombrero.

Yo caminaba tranquilo, como siempre, sin demostrar emoción alguna más que aquella tipica melancolia, analizando cada punto de aquel lugar, apretando con fuerza el pomo de mi espada como si un recuerdo maldito y doloroso me hubiera tomado.
Cuando ella llego al puesto yo me quede parado unos pasos atras, con mis ojos cerrados, pensativo y cada tanto negando con mi cabeza, queriendo alejar aquellso pensamientos hasta que su voz me quito de aquel estado, a lo cual abrí mis ojos y le observe, con aquel horrible sombrero, preguntando como le quedaba.

- Esto... Eh... - No sabía que responderle, el sombrero era horrible pero a ella mal no le quedaba - Eh... Digamos que hay mejores opciones - Dije al fin amablemente.

Mi rostro alegre cambió de repente como de sorpresa o incredulidad con la boca en "o" y los ojos bien abiertos con la expresión relajada.

-¡Oh! ¿No te gusta? -Dije sorprendida.

Miré para el encargado del puesto como si sin decirle nada pretendiera que diera su opinión pero su expresión fue de no querer pronunciarse mirando hacia otro lado disimulando nervioso como si realmente no quisiera herir mis sentimientos.

-Que raro... a mi me gusta... pero bueno, vamos a mirar lo que necesitamos. -Dije con mi habitual expresión alegre dejando el sombrero en su sitio. -Dime Sigma, ¿Que prefieres alquilar una hamaca o compramos un par de toallas para tumbarnos en la arena? -Decía mientras curioseaba todo el material que había en el puesto.

Suspiré con cierto alivio y volvi a observar, analizando todo lo que había en aquel puesto, para luego mirarla a ella, con aquella expresión seria pero serena, indicandole que preferia las toallas, para luego señalarle un lugar libre.

- Sera mejor nos apuremos o perderemos ese lugar - Dije sumamente tranquilo - El día es perfecto, con unas toallas y sombrillas estaremos bien - Le guiñe el ojos picaro - No creo necesitemos más damicela.

Dicho eso Sonreí calmo y me acerque a ella, observando cual seria mejor y, con voz elegante y amable, preguntando precios y esas cosas, pensando cuanto debería pagar cada uno y que sería mejor, de ese modo, iba sacando mi recuerdo oscuro de la mente.

-Cierto, llevas razón, como no nos apuremos a este paso no quedará ni un sitio libre. Mmm... veamos... -Decía comenzando a mirar las toallas.

Opté por coger una toalla con un tigre dibujado, al menos era bonita, al parecer para escoger toallas no tenía un gusto tan horrendo como para los sombreros, después tomé un bote de protección solar puesto que no quería quemar mi suave y delicada piel y esperé a que Sigma cogiera lo suyo. Finalmente le tendí la tarjeta de crédito al encargado para que cobrara mi parte.

-Yo ya estoy lista, ¡vamos a la playa! -Exclamé enérgica.

Nos dirigimos al lugar que habíamos ojeado donde procedí a extender mi nueva toalla de playa del tigre y clavé la sombrilla sobre la arena.

-A estas horas el sol es cuando mas azota. -Comenté mientras me acomodaba en pose felina bajo la sombra.

Observe las toallas y elegi una comun, sin mucho para ver, mientras pagaba, para luego llevar la toalla a su lado, quitandome aquella camisa roja, mostrando mi torso desnudo para recostarme bajo la sombra de su sonrisa, cerrando mis ojos, un momento, pensativo, para luego abrirlos y mirarle.

- Tienes razón en lo que dices... Pero el sol le hace más bella - Luego de eso miré al cielo con cierta calma - Es muy hermosa y me agrada mucho su compañia señorita Rika.

Estaba debatiendome si debía hacer algo con ella o no, si debía arriesgarme o no, para luego debatirme si estaba en mi sano juicio al pensar en cosas tan pervertidas. Sacudi mi cabeza y de nuevo volví a pensar en la situación, el mar, el sol, todo tan hermoso, lo extrañaba de verdad.

-De todas formas hay que cuidarse del sol, dicen que la piel tiene memoria y todos los excesos solares se van acumulando. -Comentaba.

Lo observé en principio algo extrañada pero después volví a sonreír.

-¿De verdad? -Decía apartándose un mechón de pelo de la cara de un modo coqueto. -Realmente fue una suerte que nos encontráramos, yo también me lo paso genial contigo, seguro que lo pasaremos genial durante nuestra estancia.

Dando la razón a mis propias palabras tomé el bote de crema de protección solar y lo abrí dispuesta a untar mi piel con ella pero al abrirlo un par de chorros de crema salieron disparados para terminar posándose sobre mis pechos nuevamente haciendo un símil a la ya antes mencionada sustancia del sexo masculino.

-Oh vaya... que torpe... hoy no hago mas que embadurnarme. -Decía tomándolo a broma.

Le miro y sonrojo un poco, tentado a, nuevamente, tomarla entre mis brazos y luego miro al cielo, con una leve sonrisa en mis labios para, amablemente, tomar su mano, mirandoel aun manteniendo mi sonrisa.

- ¿Quieres que te pase yo? - Dije amable y tranquilo - En especial por la espalda.

Deje de sonreír esperando su respuesta, aun sostendiendo dulcemente su mano, casii sin notarlo, algo sonrojado, levemente exitado y luchando en mi interior contra aquel deseo de vovlerme loco y perder mi personalidad seria y amable.

Comienzo a extender los "chorros" de crema que habían caído sobre mis pechos para acto seguido continuar por el vientre y la parte delantera de mis piernas y brazos, después opté por cederle el turno a Sigma.

-Claro, por la espalda es imposible esparcirla bien a menos que lo haga con la cola pero tampoco querría embadurnar la cola de crema.

Le doy el bote de crema y me tumbo boca abajo en pose humana apartando mi larga melena hacia un lado dejando ver el collar que llevaba con aquel cascabel que tintineaba cada vez que me movía.

-Ya estoy lista, cuando quieras puedes proceder. -Le indiqué.

Al verlepasar la crema por su cuerpo no resisti y se noto uan gran exitación en mi entrepierna, la cual apenas pude ocultar, suspirandoaliviado pro que me daba la espalda, poniendome un poc de crema ne as manos y comenzando a pasarcela por la espalda, empezando extrañamente por su parte baja luego subiendo.

- Te dare un servisio especial - Dije con una sonrisa, comenzando un suave masaje en su espalda - ¿Cómo se siente mi querida y hermosa amiga?

Dicho eso hacía el masaje con cierta sensualidad y fuerza, como si un experto fuera, pasando mis manos por su espalda y cada tanto su sosten, sonrojado y algo nervioso, pero sin perder mi habilidad.

-¿Servicio especial? Veamos como es eso.

Sentía sus manos recorrer toda mi espalda mientras untaba la crema cada uno de mis músculos se relajaban al sentir su contacto creándome cierta sensación de relax y somnolencia mientras los pelos de la punta de mi cola se erizaban señal de que me estaba sintiendo a gusto, era realmente muy relajante.

-Oh... mmm... si... eres muy bueno, ¿donde has aprendido a dar estos masajes? -Le pregunté.

Sonrio y sigo dando el masaje, cada vez mas sensual, acarisiando suavemente cerca de su cintura, subiendo hasta sus hombros una y otra vez para quedarme ahi y hacerl oalgo fuerte, notando sus nudos, hablando sumamente tranquilo.

- Sobre la marcha, luego de la guerra debía conseguir trabajo y uno de ellos fue masajista - Sonrio terminando el masaje - ¿Usted podría darme uno ahora a mi?

Dicho eso me recoste yo, boca a abajo, cerrando mis ojos esperando mi propuesta fuera aceptada, si no lo era, buscaria otra cosa por hacer, siempre tranquilo y serio, disfrutando itnernamente del momento como nunca.

Dejé escapar un suspiro de relax mientras me preguntaba ¿teniendo un compañero así quien necesitaba ir al spa? era simplemente genial.

-Imagino que una vez decides dejar de ser soldado salir buscar trabajo fuera del ejército tiene que ser como un nuevo mundo.

Hasta que sentí como se detenía, ya casi me había olvidado que estábamos en la playa pero en ese momento desperté de mi ensimismamiento.

-¿Eh? ¿Yo? Mmm... no creo que sea buena dando masajes pero puedo intentarlo si quieres. -Decía mientras se situaba en posición.

Miré mis uñas que eran fuertes como las garras de una tigresa y pensé que debería de hacerlo con las palmas de la mano, eché crema sobre mis manos y comencé a masajear su espalda desde la zona lumbar hasta los hombros y cuello llevándolas con suavidad pero a la vez cargando con algo de fuerza.

-Mmm... ¿Así? ¿Qué tal se siente? -Le pregunté.

Un suspiro de placer salio de mis labios, dejandome llevar relajado por aquellos tan dulces masajes, mientras le indicaba que lo estaba haciendo excelente, pensando tambien que, paselo que pase, me tendría que distender con ella.

- Son muy buenso sus masajes... Para ser la primera vez que lo haces - Le dije en vos baja - Siga así mmm...

Estaba completamente relajado, pensativo y tranquilo, buscando la manera de decirle mis deseos, o tocando la opcion dep asar a la acción directamente, pero nah, había demaciada gente y eso me cohibia un poco.

- Mmm... Que rico, deberia pagarle - Dije en broma.

-¿En serio piensas que soy buena como masajista? ¡Sugoi! -Exclamé.

Pasé mis piernas sobre su cuerpo dejándolas a cada lado apoyada sobre las rodillas como si estuviera encima suya a la altura de su trasero apoyaba mi trasero sobre el suyo pero sin cargar mi peso sobre él, era para adoptar una posición mas cómoda para dar el masaje. Emocionada continué pasando mis manos por los músculos de su espalda presionando con la palma de las manos recorriendo su columna vertebral de abajo a arriba para terminar con un masaje desentumecedor en el cuello para terminar apoyando las manos sobre sus hombros.

-¿Que tal? ¿Te ha gustado? -Preguntaba esperando algún cumplido.

Sentí su cuerpo apoyandose sobre mi y una leve sonrisa asomo mis labios, relajado mientras ella continuaba, perdiendo lentamente mi seriedad, mas no mi amabildiad, dando paso a un Sigma algo más atrevido y pervertido.
Ella terminó su masaje y me hizo aquellas preguntas, a las cuales tarde en contestar, pero más pro el relajo que por otra cosa, hasta que le miré un poco de reojo y sonreí, calido y alegre.

- Estuvo muy bien... - Hablé tranquilo - ¿Quieré algo como pago?

Lo último lo dije en un tono picaro y alegre, para leugo cerrar mis ojos y quedar ahí esperando su reacción y respuesta.

-El pago ya me lo has dado. -Decía inclinándome ligeramente hacia su oído dejando que mis senos reposasen sobre su espalda. -El pago anticipado fue el masaje que tu me diste. -Le susurro cerca del oído.

Tras esa pose provocativa pero a la vez inocente me incorporé para retirar mis piernas los lados de su cuerpo y regresar a mi toalla acomodándome en una de las posturas típicas en las que solía ponerme recostada sobre los brazos y apoyando las piernas flexionadas tal y como hacen los tigres.

-Hay que ver que calor hace... -Decía recostada a la sombra. -No se si te gusta bañarte, a mi me encanta. Si te apetece podemos ir a darnos un baño refrescante dentro de un rato.

Observé a un grupo de chicos y chicas jugando al volley playa y mi rostro mostró una sonrisa casi infantil.

-¡Ah! También me encanta jugar a volley playa, en realidad ya ves que me gustan muchas cosas. -Cuando en ese momento me mostré pensativa. -Mm... creo que tú sabes un montón de cosas sobre mi pero tu en cambio me cuentas pocas cosas sobre ti, si quieres contarme algo yo te escucho porque también me encanta escuchar. -Añadí para después esperar curiosa.

Le observe un segundo, para luego mirar al mar lanzando un suave suspiro. Era cierto, no había hablado nada de mi, aunque era normal eso, n osolia hablar de mi casi nunca, pero ella era especial.

- Pues... Mis gustos son solo escribir, tocar el piano, la esgrima y mm... Nadar aunque jamás lo hice en el mar - Le miro con una leve sonrisa - Pero haremos lo que tu queiras hermosura - acarisio su rostro suave - Mientras este feliz.

Lentamente iba perdiendo mi seriedad, pero no mi amabilidad, era raro que eso pasara, pero en el fondo yo era bastante simpatico y animado, pero los terribles eventos que vi en aquellas guerras me destrozaron aquella simpatia y la metieron bien profundo dentro de mi.

Ladeé la cabeza hacia un lado observándolo con mi rostro inocente con el cual era prácticamente imaginarse lo que se me pasaba por la cabeza.

-Vaya, me cuesta creer que nunca hayas nadado en el mar.

Sujeté mi collar y aflojé la correa para así poder retirarlo y dejarlo a un lado, ahora ya no me perseguiría el tintineo del cascabel que siempre me acompañaba.

-En ese caso vamos a estrenarte, las aguas de estas playas son estupendas así tan limpias y cristalinas.

Lo tomé por la muñeca y tiré de él con fuerza para que se incorporara.

-¡Vamos! ¡Al agua!

Observo su rostro tierno y suspiro, para luego escuchar lo que decía, asintiendo algo sonrojado, para luego mirar al mar y suspirar de nuevo esta vez con algo más de melancolia, pensativo y metido en mi mente hasta que sus tironeos me sacaron de aquel estado.

- Espera Rika...Yo... - Negue con mi cabeza y suspire - Bue vamos...

Me deje llevar por ella, dudando un poco, pero dejandole hacer a gusto, dejando antes mi arma en aquel lugar donde estabamos, siemrpe suspirante com osi algo me mantuviera pensativo e intranquilo.

-¿Que pasa? ¿No quieres ir al agua? ¡Vamos! -Decía tirando de su muñeca.

Esquivando la gente que había en la playa tumbada en las toallas o mismamente paseando llegamos por fin a la orilla, al estar allí en la orilla ya se podía sentir una temperatura ligeramente mas refrescante. Entré en el agua hasta cubrir mis tobillos y miré hacia atrás hacia donde estaba Sigma.

-Está muy fría, creo que será mejor entrar poco a poco.

El contraste de la temperatura del agua con el de la piel caliente del sol hacía que se sintiera mas fría pero continué caminando hasta que el agua me cubriera hasta los muslos, casi hasta le entrepierna y ahí comencé a mojar mi cuerpo salpicándome agua a mi misma mojando primero la nuca, después los brazos, el vientres, los pechos... hasta que finalmente me sumergí completamente.

-Ahh... que fría está. Vamos entra, es realmente refrescante.

Aún en la zona donde hacía pie lo observaba asomando tan solo la cabeza fuera del agua esperando a que entrara mientras nadaba al "estilo perro" o en mi caso mas bien al "estilo tigre" que para mi era el mejor modo de nadar por encima del estilo habitual humano.

Entre al mar y me eche a nadar, mirandole con cierta calma, mostrando buena capasidad para nadar y, luego, le tire agua en la cara a modo de juego, riendo un poco, para luego desaparecer un tiempo bajo el agua, pensando en dar mi primer paso, seguramente sorprendiendole.
Luego de un rato sali tras ella y le abraze la cintura, riendo y besando su mejilla con cierta ternura, perdiendo un poco mi seriedad para ir distendiendome y disfrutando de su compañia, teniendo algunos planes más pervertidos.

- Aca estoy preciosa - Dije a su oido - Hace mucho no me divertia tanto y hace más que no estaba con tal hermosura.

Lo últim olo susurre sensual, para luego soltarle, volver a sumergirme, y salir frente a ella, esperando su reacción, algo sonrojado pero decidido.

(Off: Perdon la tardanza y espero no te moleste)

-¿En serio te lo pasas tan bien conmigo? -Decía poniendo cara de sorpresa. -¡Sugoi! Creo que nos vamos a divertir, es genial tener un compañero tan amigable con el que pasar los ratos libres. -Añadí alegre.

No es que este momento fuese precisamente tiempo libre puesto que tenía trabajos pendientes pero con la pasividad y relajación con la que me tomaba la vida no tenía ni un ápice de presión sino mas bien todo lo contrario, solo pensaba en vivir el momento.
Lo miré inclinando ligeramente la cabeza hacia un lado.

-Tus mejillas están sonrojadas, puede que haga demasiado calor hoy. -Decía mirándolo fijamente. -¡Kawaii! -Exclamé divertida mientras le agarraba un moflete. -Siempre me resulta tierno ver rostros sonrojados.

Me sumerjo en el agua para terminar de mojarme completamente puesto que me faltaba la cabeza por sumergir y al momento salgo a la superficie mientras sonrío inocente.