Le habian dejado el dia libre por haber hecho tantas horas extra, cosa que no le agrado demaciado, claro, lo de que le dieran el resto del dia libre. Por alguna razon dificilmente podia vivir lejos de la cocina cuando estaba en el hotel, tenia muchas razones para ello, las principales: Porque amaba cocinar y la segunda porque no le agradaba mucho ser sociable, al menos en el hotel.
Se limito solo a caminar por el bello jardin, esperando que acabase el dia para poder irse y regresar mañana para volver a trabajar. A pesar de su aspecto tan temible, era de las personas que disfrutaban de los bellos ratos y admiraba la hermosura que podia ofrecer la vida de vez en cuando.
Se sento en aquel banco, con algo de cansancio, sacando un libro de su morral, el cual nunca dejaba cuando salia de la cocina, curiosamente un libro que iba en italiano. Rapidamente, algo le llamo la atencion, más bien alguien. Era un chico, sentado a su lado. ¿Seria posible? ¿Un niño aqui?.
Bueno, este hotel era tan raro que estas cosas ya no le sorprendian.