dia largo (privado)

había pasado luego de llegar al hotel, estaba algo cansado y comencé a curiosear por el lugar, como si fuera mi propia casa, viendo el vestibulo y todos los lugares del mismo hotel, había dejado sus cosas en la habitación, saliendo solo con sus ropas normales, sin dinero y sin nada, entró a los baños termales y se fue al vestidor, sin siquiera darse cuenta que eran los mixtos, pues había pensado que era de los hombres, entró, se desnudó y colocó una toalla alrededor de su cintura, siendo lo unico que portaba salió a donde se encontraban las aguas, entrando lentamente, metiendo los pies primero

ahh... esto es lo mejor

susurré y comenzaba a quitarse aquella toalla que lo cubría, comenzando a dessamarrar el pequeño nudo que había hecho

La verdad quel hotel tenía sus encantos, era bastante lujoso y yo de eso no me podía quejar, aunque viviendo en las enormes casas y mansiones predestinadas a mi "familia" por Adolfo eran costumbre para una malcriada como yo. Como siempre, o era eso o lo otro, bajé con mi camizón blanco y con botines negros y el cabello raramente suelto sin sacar aquel parche negro de mi ojo. Bajé las escaleras omitiendo que el avanse del los siglos habían traido algo llamado acensor.

-Hmmm...- murmuré quedando parada frente al extraño lugar.

Caminando perdida realmente, me ecnontré con ese nombre tan extraño "baños termales" yo nunca había concebido verguenza por estar en el mismo luugar que otros con poca ropa o sin ella, entré al que llamaban baños mixtos quitándome mi camizón y tranquilamente dejando que me cubriese una toalla, recogí mi cabello y sin querer, siendo´víctima de mis inusuales torpezas terminé callendo sobre alguien.

-Ah! G-gomen nasai- dije con mi voz serena pero preocupada -Yo... n-no vi por donde iba -terminé sobando mi cabeza

Sin darme cuenta resulté caer sentada sobre él, prácticamente en una posición realemente comprometedora, traté de levantarme en lo que me di cuenta que mi toalla se había ido

se había quedado sentado en la orilla, cerrando los ojos y suspirando al sentir la calidez del agua, le agradaba esa sensación sobre su piel, sin duda alguna eso le encantaba, esa sensación de calidez y de paz que sentía en su cuerpo, se quitó la toalla por completo, quedando de pie dentro de las termas, sonrió mientras pensaba un poco, sintiendo al poco tiempo como alguien lo empujaba, cayendo fuera, por instinto la cogió en brazos, sin percatarse aun de quien era, cerrando los ojos al caer comenzó a abrirlos lentamente mientras se sobaba un poco el trasero, ya que habia caído sentado, le faltaba un poco el aire ya que aquella persona había caído sobre el

estas bien?

preguntó aun sin ver a la chica, hasta que abrió los ojos sus mejillas se enrogecieron por completo y se puso nervioso, mirar a aquella chica desnuda le habìa hecho ponerse nervioso y rojo casi al máximo, no sabía que decir al tener a una chica así entre sus brazos, tartamudeó un poco, y no pude evitar notar sus pechos y un poco más, sacudiendo la cabeza para sacarme las ideas raras de la mente, aunque era algo excitante en realidad

e-este... te encuentras b-bien?

Aquel muchacho me tomaba bastante sigilosamente, mi piel se había erizado, era la primera vez que algo así llegaba a sucederme, seguí sin avergonzarme sobre sus piernas y me recosté de él, buscando de alguna manera, que dejara de verme.

-G-gomen... estoy bien pero... lo siento... no veía por donde iba...- dije algo sonrojada -Am... m-me llamo Rebecca... am... dime Becca onegai

Nunca me había hallado en ese tipo de situaciones, no obstante yo siempre actuava con calma, a la par de mi actitud seria y odiosa. Este chico, este apuesto chico parecía no ser igual a mi, ya que estaba mucho más sonrojado que yo.. y su piel suave se sentía caliente... de alguna manera, estar en esa posición fué cómoda. hasta que algo extraño se sintió debajo de mi estómago. Cabe aclarar que soy bastate chiquita.

-E-emmm... ¿Qu-qué es... am..?- la verdad no hallaba que decir, pero era divertido... de alguna forma

miró aquella serenidad que invadía a la chica, para estar desnuda y sobre un chico completamente desnudo, parecía llevarlo tranquilo, se sonrojó un poco, pues estaba algo excitado y las palabras de ella le hicieron enrogecer más, esperaba que no lo notara, pero al parecer lo hizo, no podía esconderlo después de todo, ella estaba sobre el y el completamente indefenso ante esa reacción, se disculpó pero no se movió, pues ella aún continuaba sobre el, la miró nuevamente de reojo, quedando algo abobado en el hermoso cuerpo de la chica

e-esto... l-lo siento no es a propósito

dijo cerrando los ojos, pero abriendo uno levemente para continaur mirandola, aquella chica tenía algo cautivador que no se podía explicar fácilmente, pero le excitaba un poco, intentando pensar en otras cosas para que la excitación se le pasara

Me levanté solo un poco para ver como tan dulce e inusualmente un hombre se disculpaba sin que tuviese que estar arrancándole los brazos o el objeto susodicho que ahora era el tema de la conversación, le miré sonrojada y simplemente me quedé viéndole un momento. Era... hermoso...

-No sucede nada... supongo que es algo... normal...- le dije al final mirando a otro lado.

Nunca me consideré ser alguien de indotable y envidiable belleza, pero siemrpe supe que nunca, bajo las palabras de mi atolondrada madre era una mujer fea. De alguna manera, aquel chico me hizo sentir mejor, me decidí a levantarme sin ninguna bverguenza, qwuedé totalmente desnuda frente a él mientras le extendia la mano para ayudarle a pararse.

-Lamento haberme caído sobre ti... si no nos levantamos nos resfriaremos... ¿Quieres hablar en el agua?- le dije aún con un lijero y atrayente sonrojo en mis mejillas

se sonrojó aún más cuando la chica se le quedó mirando, si se cubría con las manos podría parecer algo raro, por lo que cerró los ojos dejandose mirar, nadie lo había mirado tan fijamente, por lo que se sonrojó como nunca, la miró pararse, contemplandola ahora él, notando sus caderas, su cintura, sus hermosos senos, la intimidad de la chica, todo le parecía perfecto, aun sonrojado, pero un poco más calmado tomó su mano, levantandose con la ayuda de ésta y caminando al agua, metiendo los pies y sentandose para guardar su miembro bajo el agua, o ese era el plan, pero las cristalinas aguas lo defraudaban, pues, se podía mirar a través del agua y mirar la notable excitación del chico, que no alcanzaba a disimular para nada

d-disculpa por lo anterior

dijo desviando la mirada, sabía que si la miraba probablemente se perdería nuevamente en su blanca piel y sus notables curvas, que momentos atrás lo habían despistado por completo

s-soy... Aiden...

Cuando entramos al agua, inútil capa de aquella reacción, solté un leve quejido del estómago, algo que no parecía una risita sino, solo algo divertido.

-Dije que no debes preocuparte, está bien... mi padre... solía ahcerlo mucho con mi madre... así que... en verdad no es algo que me sorprende- dije en un tono incómodamente sereno mientras entraba al agua para estar al lado de él -Ah~ disculpa... acabo de decir algo inapropiado... debí parecerte grosera...- me disculpé sonrojada viendo al frente con una cara que exudaba una perfecyta y estilizada perturbación

De cierta manera me parecía que rasgar de esa manera a mis padres, que no era más que una asquerosa y cruel y cruda verdad, sería un insulto para un tercero, usualmente para los humanos el querer a los padres es algo natrual, supongo que... como no lo soy y... ellos nunca lo fueron... simplemente me resbala.

-Es un placer...

la escuchó hablar de sus padres, realmente no le incomodaba, al igual que ella, era bastante natural, aunque hablar de los padres de alguien mas y sus relaciones sexuales, aún así era un poco incómodo, suspiró y negó con la cabeza, como si no importara o diciendole que no importaba mucho. giró la cabeza, un poco más tranquilo y sonrió, aunque podía ver sus senos, sonrojandose más, levantó la mirada sonriendole

usted... tiene un lindo cuerpo...

dijo, tal ves no era el mejor comentario, pero era lo primero y más sincero que se le cruzó por la mente en aquel momento, mirandola tranquilamente, a los ojos en esta ocasión, tratando de no bajar la mirada para sonrojarse más y seguir diciendo idioteces sin sentido, o que pudieran incomodarla

d-digo.... l-lindos ojos...

No pude evitar pensar que él era un pervertido, pero era divertido, era la primera persona que me hacía tanto sonrojar y reir. Me volteé a ver las paredes y suspiré cuando oí aqueyas palabras.

-¿Un lindo cuerpo? HHmm...- murmuré pensativa con mi dedo índice sobre mis labios -Debe ser porque hago mucho ejercisio... hmm... hay humanos que son difíciles de atrapar- me quedé pensando.

Me había dado cuenta de que, no tenía idea de cuando había visto mi ojo derecho... bueno... para decir "Ojos" debes referirte a los dos no es así? Reí y me recosté un poco de él divertida de las posibles ocnsecuencias.

-Gracias por decir que mis ojos son lindos...- dije serenamente sonrojada a la par que cerraba los ojos -Eres muy amable- sonreí

había dicho una serie de cosas estúpidas, las cuales la chica no le había reclamado, tal ves porque no se había dado cuenta, cosa que realmente dudaba, o porque no le tomaba mucha importancia, lo que se le hacía más coherente, suspiró e intentó relajarse, mirando hacia otro lado, buscando algo con lo que entretener su mirada, hasta ver la pequeña fuente, si así se podía llamar, al pequeño agujero por donde el agua salía y llenaba la terma, se quedó mirando un rato, relajandose como podía

y... de que trabaja?

preguntó curioso al recordar sus primeras palabras, ya más tranquilo aunque aún sonrojado, pues no podía sacar aquella imagen de su mente, como si vueltas diera en su imaginación

Empezaba a oír los latidos de su corazón, eran realmente acelerados, pero tan hermosos... escuche una pregunta, algo extraña para la situación, pero responder no me costaría nada... y a menos que él fuese alguien que estuviese pretendiendo lastimarme, swería completamente capaz de defenderme sola...

-Yo? Hmmm... soy... una asesina...- terminé en un tono serio pero maquiavélico separándome de él para luego colocarme en una pose completamente comprometedora en frente d eél, casi como un... perrito -¿Qué vas a decir ahora? ¿Me tienes miedo? ¿Me odias? ¿Me matarás?- pregunté escurriendo agua mientras me le acercaba lentamente

No estaba acostumbrada a matar a la gente a menos que tuviese algún motivo por el cual dejar su vida en mi juicio, pero... cada vez que alguien oía la forma en que yo vivía, mi estilo de vida bizarro y psicótico.. tendía a huír de mi. De cierta manera estaba asustada, no deseaba que esa persona se fuese... no querria matarla... simplemente... me gustaba.

al verla en aquella posición se sonrojó más y se pusó más nervioso, excitandose un poco no podía dejar de mirarla, su cerebro y sentido común le ordenaban apartar la mirada, pero sus deseos e impulsos se lo negaban, negó con la cabeza, pues tampoco quería irse, y ella parecía acorralarlo, cosa que le encantaba aunque no quería demostrarlo, pero le daba cierto excitación que ella fuera tan ruda y directa, la miró a los ojos, para luego mirar como el agua escurría por su blanca piel, sudando y nervioso colocó una mano sobre su mejilla, mirandola nuevamente a los ojos

te ves... hermosa... y no tengo miedo... solo, me das curiosidad...

admitió sonrojado aún, mirandola y cerrando un poco las piernas, para intentar esconder la excitación que el agua dejaba ver através de sus cristalinas aguas

Me sentía extrañamente emocionada debería decir? mientras pasaba tan sutilmente su mano por mi mejilla tomé un sonrojo que acaloró mis sentidos dejando de lado un poco mi rudeza.

Me acerqué más a él dejando nuestros labios casi indivisiblemente separados cuando escuché el palpitar acelerado de mi corazón

-Hermosa...? Me siento extraña... es... algo de calor... y... felicidad... ka?- dije entrecortada juntando mis piernas en extraña verguenza

miró sus movimientos, al igual de cómo rejuntaba las piernas, continuó acariciandola, en ese momento se veía tan sumisa e indefensa que le gustó, usó la otra mano para tomar su otra mejilla y acercar ahora él sus labios a los de su compañera, besandola sin previo anuncio, mientras correspondía un beso algo intenso, mordiendo juguetonamente el labio inferior de esta mientras continuaba con él beso tan delicioso que le encantaba, más por la pose en la que la chica se encontraba

Ante aquella situación no me había encontrado nunca, pero de cierto modo extraño estarlo e ese momento y con es apersona me gustaba. Respondí tímidamente aquel "beso"... así se llamaba.. aunque hasta ese momento lo ignoraba.

-Hhmm... A-aiden-s-san... ah~- suspiré tratando inútilmente de separarme de él.

Por primera vez en mi vida me sentí debil, sumisa, indefensa, fácil de manejar, me arrodillé aún estando bajo su merced pero escondida entre mis dedos, ocultando mis ojos u mis mejillas rozadas por primera vez.

-¿Q-qué.. fué eso?- pregunté mirando de reojo aquel espectáculo debajo del agua

fue... un beso...

dijo mirandola al ojo que tenía, mirando el lindo color que tenía en sus retinas, aún sostenía sus mejillas, mirandola tranquilo y sonriendo, para depositar nuevamente un pequeño y tierno beso en sus labios, sincero, pues esta chica le agradaba a pesar de no saber mucho, basicamente nada de ella

nunca... lo habías probado?

preguntó, mirando donde ella depositana su mirada y desviando la mirada sonrojado, intentando disimular su excitación

n-no... deberías ver allí...

-Nunca... había besado a.. nadie

Terminé la última frase sonrojada a lo que oí su petición "no deberías mirar allí" es algo que no se debe hacer... pero mi padre decía "es algo que no se debe, no que no se pueda" eché una risita con este último pensamiento y quité la mirada para verle algo apenada.

-¿Te molesta que lo haga? Además... yo... supongo que es algo natural... como eres hombre y... todo eso

Aferrándome a él dejé sentir mis altidos para oir los suyos, empecé a dudar un poco, le dije algunas cosas que sabía que no entendería, pero terminé.

-¿Qué eres tú Aiden-san? Sé que no eres humano... no podrías serlo o no podrías verme... supongo...

sonrió sonrojado al escucharle sobre "eres hombre y eso" no era que le molestara, solo le daba algo de verguenza, sonrojandose un poco más, se atrevió a cogerla por la cintura, pegandola a él, sintiendo el contacto de su piel con la ajena, sintiendo sus pechos suaves y firmes sobre el pecho de él, acariciando sus caderas la miraba atento, con los labios entreabiertos al escuchar su pregunta

soy... un dragón...

musitó suavemente al oido de la joven señorita, para luego morder su oreja con suavidad y coquetería, jalando el lóbulo de su oreja tranquilo, mientras aún sentía el deliciosos contacto de su cuerpo, probablemente se enfadaría, pero ciertamente no se arrepentiría de eso

y tu... que eres?

preguntó con curiosidad a la chica

Me sentí algo cohibida entre sus brazos y su piel, el sentir sus labios sobre mis orejas tan sensualmente, pero ciertamente era algo que... hasta ese momento no me hubiese hecho sentir nada, toqué su pecho e hice algunos círculos con mi dedo índice y luego le oí decirlo.

-Soy un demonio...soy hija de un demonio inglés, pero fuí criada por alemanes... al servicio de Adolfo Hittler en la era en que buscó ayuda de lo paranormal y lo oculto para sus fines maquiavélicos- dije seria aún recostada de él.

Me acurruqué sin verguenza y entrelacé mi pierna con la suya algo atrevida, la verdad, esas eran situaciones en las que nunca me había visto metida y para ser sincera, siempre fui partidaria de la raza felina al ser tan curiosa como una.

-¿Esto... está bien?- dije seducoramente sobre su oido

sintió como entrelazaba su pierna, erizandosele la piel con el contacto, suspiró mientras escuchaba a la chica, bastante atento a sus palabras, sonrió y le besó nuevamente los labio una ves que había terminado de hablar, se sentía bien, aunque su miembro podía rozar suavemente con la piel de esta, lo que lo hacía sonrojar aún más, pero esperaba que ella no lo notara, pues era un roce suave y tal ves podría confundirse con su pierna o algo

comenzó a bajar lentamente sus manos por su cintura y caderas, hasta llegar a su trasero, bastante atrevido y aventurado, colocando las manos sobre sus gluteos, sintiendo estos firmes y bastante agradable la sensación al tacto, sonrió meintras la miraba sonrojado

esta.. muy bien...

susurró al escuchar su pregunta, apretando suavemente pero con cierta perversión aquella parte que sus manos sostenían, riendose un poco y sonriendo, para acercar nuevamente sus labios a los de ella, mientras aun miraba su ojos, sonrojado y algo nervioso

Aunque me sentía extraña con respecto a las emociones y las formas de actuar que tenía ahora, estaba segura de que aquel muchacho tan apuesto y amable era un pervertido; me acomodé más en él siendo que yo daba pie a aquella perversión.

Dejando mi cuerpo llevarse por el calor del momento y el éxtasis de su piel me asomé a sus labios preguntándole fijamente algo que era costumbre preguntarle a quienes estaba a pundo de aniquilar.

-Aiden-san... ¿Estás asustado de lo que viene ahora?

Me atreví a besar la comisura de sus labios esperando que no como todas las personas que escuchaban aquellas palabras salir de mis labios me pidiese dejarle vivir; de momentos pensaba en la manera en la que jugaba de forma tán sicótica con mis presas, si así podía llamarles, e ideé algunas jugarretas que de seguro a él el gustarían, no lo matarían por supuesto, si llegase eso a suceder, tendría otra alma atrapada a las espinas de mi destrozada alma... por así decirlo.

Ante su pregunta, que probablemente cualquier se hubiera asustado o por lo menos tomado por sorpresa, sonrió con confianza, pues aunque no sabía bien a que se refería, como dragón no le tenía miedo a nada, se quedó mirando sus ojos, acercó una mano a su rostro, acariciando con ternura sus labios, sintiendo la suavidad de estos, y admirando el lindo color carmesí que lo adornaban, le costaba trabajo creer que alguien con tal hermosura fuera una asesina, se acomodó en donde estaba, sin dejar de mirarla

No... No lo estoy...

Dijo con seguridad, para luego sentir el cálido beso en la comisura de sus labios, entreabriendolos un poco, dejando salir un pequeño jadeo, más como una leve exhalación de aire, para luego ser yo el atrevido, acercando los labios a los ajenos, rozandolos y acoplandolos con los de mi acompañante, a quien, con lentitud rodee de la cintura con los brazos, jalandola un poco hacia mi cuerpo, pegandola y cerrando levemente los ojos