Una joven con una mueca que tan solo podía expresar frustración caminaba por los pasillos. Era yo. Sí, acababa de ingresar, pero sin mejor idea había decidido comenzar a recorrer el hotel... Perdida. Pero que inteligente que soy, cada día me sorprendo más. ¡¿A quien se le ocurre meterse en un lugar con muchas puertas iguales?! Típico de una película de terror... Pero en tal caso, yo sería la villana, la bruja.
Aún así, no se si era pura frustración por perderme, algo que odiaba, o por estar allí. ¿Qué esperaba de ese lugar? No lo sé, pero no era momento para pensar en ello... Era mejor salir.
Caminé durante unos minutos seguidos, sin parar, hasta que por fín caí rendida. No estaba cansada fisicamente, podía caminar horas y horas hasta llegar a mi último aliento, pero si agotada de lo mismo...
- Veremos que hacer... - murmuré resoplando, mientras que poco a poco me undía cayendo al piso y escondiendo mi cabeza entre mis rodillas, dejando que las pocas ganas de seguir me vencieran.