Paseo nocturno

Era una noche estrellada, sin nubes que ocultasen la luna y sus estrellas, era perfecta, perfecta para dar un paseo. Si habia algo que le gustase mas que el placer de beber sangre, era el de tocar el violin en la noche, con la luna como su unico espectador. Como solia hacer todas las noches desde que habia llegado al hotel, preparo el maletin con el instrumento y tras un pequeño viaje por los pasillos de este, llego finalmente al amplio jardin. Precioso, debia de admitirlo.

-Ah, sin duda hoy la noche esta de mi parte...la luna hoy brilla mas de lo normal, es preciosa- Dejo el pequeño maletin a un lado y no pudo evitar dar unas cuantas vueltas, mientras cerraba los ojos, dejandose llevar como si de una danza se tratara -Bueno, ya he disfrutado bastante...ahora, un poco de practica con el violin...- Si se le podia llamar practica, llevaba tantos años tocandolo, que ya se le podia considerar como una profesional.

Saco el pequeño violin del estuche, y tras apoyarlo en el lugar indicado, comenzo a tocar una melodia. Sus manos iban a tal velocidad, que practicamente ni se veian, pero aun asi, una hermosa melodia podia escucharse por todo el jardin.

Era una hermosa noche para pasear y buscar inspiración, la luna estaba increiblemente preciosa. Allí estaba el joven escritor, siempre con su cuaderno y su arma enfundada, no la había usado hace mucho tiempo, pero siempre servia com orecuerdo, inspiración y, en cierto punto, defensa.
Había pasado unos minutos caminando por aquel lugar cuando escuchó aquella dulce melodia, tan hermosa como la noche misma. El primer deseo del joven fue ver que persona o animal sacaba tal dulces notas, caminando guiado solo por su oido hasta que llego a donde aquella muchacha estaba, tan hermosa y radiante que Sigma no pudo evitar acercarse y quedarse en silencio oyendole.

Continuo con la melodia, completamente concentrada en esta, tanto, que aunque tubiera sus reflejos de vampiro, no se percato de que tenia otro espectador mas aparte de la hermosa luna. En cuanto finalmente acabo de tocar aquella melodia y abrio sus ojos, lo primero que vio fue a un joven, del que quedo prendada ante aquellos ojos que parecian de oro.

-Tu...¿Puede ser que seas un angel..? ¿O me equivoco?- Olia a humano, de eso no cabia duda, pero era imposible que un humano tubiera ese rostro y ojos tan bellos. Dejo su violin a sus pies, junto al maletin en el que lo guardaba y se acerco a el lentamente, con unos movimientos elegantes, haciendo que sus tirabuzones del pelo, anzaran levemente por el viento -¿Que le trae a este lugar?..Quizas es la musica...¿O es por la luna, quizas..?- Se quedo mirando aquellos ojos miel que tenia frente a los suyos azules, encantada con ellos. Era algo extraño que le ocurriera algo asi con un humano.

Estaba absorto por aquella dulce melodia, hasta que la preciosa voz de la muchacha me trajo a la realidad, sonrojandome apenas pero haciendome mirar suave aquella figura que se acercaba, era realmente preciosa, aquellos ojos azules como mares me hacian perderme dentro de ellos.
Comenzó a hacerme preguntas, aun mirandome a los ojos, yo tardé en responder, quizas embobado por su mirada o por su andar, no sabía, pero realmente era raro en mi.

- Yo... Solo... Pasaba y escuche su melodia - Dijé por fin - Perdone mi interrupción... Soy Sigma Le gure - Reverenciando cordialmente - Quien es usted mi bella dama de la luna.

Era cierto, aquella palida piel y eso ojos hacian que la noche le sentara mucho mejor, como si de la mismisima luna se tratara, solo que más cerca de mi y mucho más hermosa.

Por un momento se quedo completamente en blanco mirando a aquel joven, no sabia muy bien que era lo que le atraia de el, quizas eran sus ojos, su rostro...o simplemente el al completo, tenia algo que le atraia de verdad. Despues de estar unos segundos sumida en sus pensamientos, la voz del joven la volvio a la realidad.

-Mi nombre es Elizabeth...Elizabeth Doyle, otros me conocen como Eli o Liza..- Hizo una pequeña reverencia al chico, pero aun asi no aparto la mirada del todo de ese rostro que la hipnotizaba -Es un placer conocerle joven Le Gure...- Una pequeña sonrisa aparecio en su rostro, cerrando por unos segundos los ojos.

-De modo que le ha gustado mi musica...me alegra saberlo, muy pocos la escuchan, sera que simplemente no le atraen..- La verdad es que el hecho de que el joven Sigma se hubiera quedado escuchandola tocar, la hizo realmente feliz, normalmente nadie venia a escucharla, incluso en los conciertos que hacia en su vida pasada.

Sonrei leve al oir su nombre, era extraño y muy hermoso, algo sentia, no sabía que, pero me sentía realmente feliz aunque la hubiera conocido hace poco. Con una calma especial y cierto respeto tome su mano y bese la misma, hablando suave.

- Fue una hermosa melodia, mi señorita Elizabeth ¿Me permite acompañarle?

Era nuevo en el lugar, y era muy raro pidiera algo así, pero algo de ella me hacia desear estar más y más tiempo a su lado, no tengo idea por que, pero eso deseaba en aquella hermosa noche de luna llena.

No pudo evitar que un ligero sonrojo apareciera en sus mejillas ante aquel delicado beso, nunca habian sido tan educados con ella. Ni siquiea cuando era humana. ¿Por que el era tan diferente a los demas? ¿Y por que le atraia de esa forma..? Ni ella misma sabia como responder a esas preguntas.

-Me alagan sus palabra, por supuesto, sera un placer que me acompañe en esta noche tan hermosa y estrellada, es perfecta para dar un paseo...- Tomo del brazo del chico son dudarlo, si ahora tenia portunidad de estar con el, no iva a desaproveclarla, claro esta. De modo que empezo su caminata por el jarin, coguda del brazo de el joven Sigma. Era tan caballeroso y amable, sin duda de los pocos que quedan en el mundo. Eso lo hacia especial.

-¿Le han dicho alguna vez que sus ojos son tan brillante como el oro...? Me es imposible mirarle al rostro sin quedarme absorta en esos destellos dorados que tiene...- Y encima con la luz de la luna, los hacia mas brillantes, algo que le encanto. Se veia hermoso bajo la luna.

Cuando sentí su brazo tomando el mio no pude evitar sonreir y sonrojarme, era lo que queria, acompañarle, pero no pense con tanta cercania, aunque me gustara, no lo esperaba. La hermosura de aquella noche solo era contrastada por la de mi compañera, más al escuchar su voz dandome aquel cumplido que me lleno de felicidad y me hizo sonrojarme más.

- Mi señorita, mis ojos no se comparan con los suyos, si mis ojos son de oro los suyos son preciosos como el mismisimo mar - Dije sonriente - Su belleza inspiraria a miles de poetas, entre lo que me incluyo.

Sonreí mientras decía eso, acercandole más y besando, luego, su mejilla. Era realmente extraño que yo diera tanta consideración a alguien, pero ella era especial, demaciado y aun no sacaba el por que.
Pasamos un tiempo caminando por aquel hermoso jardin, hablando de temas interesantes para ambos, riendo con ella, aunque no sea normal en mi, hasta que llegamos a unas bellas flores blancas. Tomé una de estas yle sonreí dulcemente.

- Le queda hermosa... Es casi tan linda como su rostro, mi bella dama - Dije mientras se la colocaba.

Una suave risa escapo de sus labios, viendo aquel pequeño sonrojo en las mejillas del chico, si ya se veia hermoso normal, alquel rubor le hacia mas bello aun. Cogio con su mano libre un extremo del vestido para evitar pisarlo por la hierva.

-De modo que es usted poeta...era de imaginar, solo las personas que son bellas por dentro y por fuera pueden serlo joven, y usted no se queda atras...- Una sonrisa se dibujo en sus labios junto a un leve sonrojo en sus mejillas por las palabras dichas anteriormente por el joven, mas su sonrojo no llego a desaparecer por ese repentino beso en la mejilla. Si existian aun los caballeros andantes, estaba frente a uno.

Hablar con el le agradaba, jamas habia encontrado a alguien con el que tubiera cosas en comun y pudiera hablar como si se conocieran de toda la vida. Incluso le contagiaba su risa, una tan hermosa que no se cansaba de oirla. Al parar y ver aquellas flores, le recordo al blanco de su vestido. Amaba el color blanco.

-Joven caballero...¿Por que es asi con alguien como yo..?- De nuevo, un sonrojo aparecio en sus mejillas, llevando una de sus manos a la flor que le habia colocado en el pelo.

Una sonrisa, leve, asomo mis labios al ver su sonrojo mientras colocaba aquella flor que tan bien quedaba con su blanco vestido, mas al escuchar su pregunta no tuvé más remedio que mirar sus ojos un momento y luego cerrar los mios, pensativo.
Estuvé un tiempo así, debatiendo en mi interior el por que... Si bien yo era bondadoso por naturaleza, jamás había tenido tal acercamiento con nadie, era muy raro, pero no podía dejarla sin respuesta así que abrí mis ojos y, con una mirada que denotaba suma ternura, respondí casi en murmullo.

- Por que desde que le vi sentí algo especial dentro mio, como si deseara estar toda la noche y más a su lado - Dicho eso bese su mano nuevamente - Le quiero... Es... Especial mi damicela de la luna.

Se queo mirandolo tras aquella pregunta que le habia hecho, ¿Quizas habia hecho mal al preguntarle algo asi? ¿Habia sido demasiada atrevida? Quizas le habia molestado con lo que habia hecho. Pero esos pensamientos desaparecieron de su mente en un abrir y cerrar de ojos al observar aquella mirada llena de ternura del joven, haciendo que sonriera de nuevo.

Se habia quedado sin palabras ante lo que le respondio, era especial para el, jamas le habian dicho algo, siempre estaba sola y ya se habia acosmbrado a ello. Pero el...-Mi joven caballero, he de decirle que me siento igual que usted...tiene algo que hace que no quiera separarme de su lado..¿Pero que es?- Acerca una de sus manos a la mejilla del chico, acariciandola con delicadeza. Queria que esa noche durara eternamente, queria estar a su lado y en un pequeño susurro le dijo -Yo tambien...le quiero, mi joven caballero andante....- No pudo evitar un sonrojo por sus mismas palabras.

No creo jamás haber sentido la felicidad que sentía en aquel momento al escuchar lo que la damicela dijo, era realmente especial para ella, no pude evitar sonreir ante lo dicho, acarisiando aquella mano que tomaba mi rostro, sonrojado, si, pero sumamente feliz.

- Mi dulce dama de la luna, espero esta noche jamás acabe - Dije mientras me acercaba a ella, acarisiando yo su rostro - Quiero que sea la más feliz a mi lado.

Dicho eso di un hermoso y suave beso en su frente, hubiera querido sus labios, pero lo veia como muy atrevido, era la primera vez que la veia a pesar de todo, lo último que quería era que pensara que soy un pervertido o algo parecido, todo lo contrario a la realidad.

Sintio aquel roce en su mano, entrecerrando los ojos, sintiendo como si un escalofrio recorriera todo su cuerpo. Sin duda aquel caballero andante le hacia sentir cosas que nunca habia experimentado en su vida. Sin duda era la mejor noche que habia pasao en años.

-Y yo, joven, y yo....esearia que esta noche fuera eterna...- Se sonroja leve -Sere feliz con el simple hecho de contemplar esos ojos de oro y esa sonrisa tan bella...- Cerro los ojos de nuevo al sentir la cercania del joven, ruborizandose leve al notar aquel beso en su frente. En ese momento penso, ¿A que saben los labios del caballero?...Le hubiese gustado besarlos ahora mismo, pero quiza iva muy deprisa si lo hacia, y no queria molestarle.

-Me encantaria bailar con usted bajo la luz de la luna, juntos hariamos una composicion maravillosa- Dijo tomando ambas manos del joven.

Sus palabras seguian llegando a mi corazón, solo por ella, mostré una sonrisa que había perdido hace mucho tiempo, era radiante y sumamente dulce, como hacía años antes de aquellos fatidicos momentos donde todo había perdido.
Le sonrisa duro poco, ya que la melancolia había tomado mi sentir, pero aquella voz angelical me devolvio a la realidad, a la felicidad del momento, a lo cual sonreí nuevamente y me sonroje mucho más al oir su propuesta.

- Le advierto no bailo muy bien mi damicela, pero por hacerla feliz cualquier cosa - Dije apretando suave sus manos, mirandole a sus hermosos ojos - Bailemos bajo la hermosa luna, mi hermosa compañera.

Comencé a moverme, no era muy bueno, pero esperaba la dama me entendiera y guiara, aunque mi atención estuviera en sus bellos e hipnotizantes ojos azules como el mismo oceano.

Cerro los ojos sonriendo, no podia estar mas feliz que en ese momento. Ayudo al joven, colocando una de sus manos sobre su cintura y ella llevaba la suya a su hombro, enseñandole como debian posicionarse ambos.

-Estare encantada de eneñarle cada uno de los movimientos de baile si con ello consigo retenerle toda la noche..- Una sonrisa aparecio en sus labios. Era una lastima que por el dia no pudiera salir, por ello debia de aprovechar la noche al maximo, en cuanto amaneciera, debia abandonarle, y eso era lo que menos queria en ese momento -Usted siga mis pasos...- Como dijo, empezo a moverse con cuidado y lentamente para que el chico siguiera sus pasos. A medida que pasaban las horas bailaban mejor, algo que la hizo realmente feliz.

-Lo hace muy bien joven...- Sonrie aun bailando con el chico. Dentro de unas pocas horas amaneceria, y eso la ponia algo triste, pero debia fingir y sonreir.

Una sonrisa tierna y un sonrojo sutil tomaron mi rostro cuando puso mi mano en su cintura comenzando aquel maravilloso baile. Era la primera vez lo hacía, parecia un sueño ¿Quien iba a decirlo? Aquella hermosa dama estaba bailando bajo la luna conmigo, no quería por nada en el mundo que terminara.

- Jeje, gracias mi bella dama... Pero es gracias a sus elegantes movimientos que yo lo hago bien - Me acerco un poco, abrazandole la cintura y moviendome - Quiero que esto jamás acabe, Eli - Le susurre suave al oido.

Si bien habia notado cierta tristesa en su rostro, me preocupo, pero no deje que eso me haga cambiar de parecer, lo que le preocupara, yo se lo resolveria, no me importaba que fuera, yo no queria separarme de aquella muchacha.