Asmodelus Suite -Habitacion 210-

Desperte alarmadopor una explosion? , corri hacia la cocina con yna escoba pero vi a Aldred sama ... sangrando? , eso era malo , corri hacia el mirando como sangraba era mucho y no sabia que hacer, me quite la camisa del pijama para envolverlo en su mano asi parar por lo menos en sangramiento.


- Aldred sama se encuentra bien.? lla..llamaré un medico nee?

dije apunto del llanto, me preocupaba Aldred sama. que le pasara algo y yo... dormia mientras pude evitar todo eso levantandome temprano y hace rmis obligaciones que como botones me correspondia. unas lagrimas cayeron de mis ojos, sintiendome terriblemente colpable, hice presion en la herida al ver como ya la camisa de mi pijama ya estaba roja.

perdoneme por ser un inutil.. lo siento mucho Aldred sama..

Aquella pérdida me hizo recordar lo patético de mi existencia, desolada y vacía condenada a ser una desgraciada eternidad. Todo aquello era tan poco importante al oír esa hermosa voz... ¿Qué si mi pasado había sido una desgracia tras otra? ¿Qué si estaré solo el resto de mi vida? ¿Qué si yo era la peor persona que podría estar a su lado? ¡¿Qué demonios importaba eso?! ¡Él estaba aquí! Aquí y ahora... sus manos... sus ojos... sus labios... su voz...

-¿Eh?- me dije totalmente tranquilo viéndole algo encantado quitarse la camisa... que más que eso parecía un camizón -Es... estoy bien...- le dije tranquilo, me sorprendía que aún sabiendo que yo era un vampiro se preocupaba tanto -No tienes que llamar a un doctor... no... ¡S-sanará pronto!- le dije algo desconcertado -¡N-no llores maldición!- pensé al final en un tono de frustración

La verdad era... esa amarga sensacíón de verdad era lo más incómodo que alguien siendo loq ue sea puede sentir, detestaba verle llorar, y aquella impotencia de evitar su llanto y si quiera saber el porque de el mismo me carcomía la piel.

-A-ayase...- le dije al ver aquella expresión de llanto

Me incomodaba escuchar... De hecho me entristecía, como nunca escuchar que él era inútil... y má saún me apretaba el pecho oirlo con su voz... esa voz que llena de amargo odio resonaba en mis tímpanos. Sonreí algo nervioso y lo atraje hacia mi y le abracé con la ambas manos.

-No seas tonto... no eres inútil... tú eres... eres una de las pocas personas que viven que... me hacen sentir bien. ¿Sabes...?- susurré en su oído para luego morder su lóbulo pasar mis labios sensualmente por su cuello, besar su barbilla pequeña y adorable, besar sus labios, la punta de su naricita y al final esa frente inoscente para hacerle mirarme pronto a los ojos -No quiero que vuelvas a pensar nunca que eres inútil, quiero que sepas...- dije firme mirándole directamente a los ojos -Que eres lo má simportante para mi... y que no importa lo que suceda o lo que algún imbécil diga, eres lo más hermoso que me ha sucedido al pasar de esta inútil vida inmortal- terminé con una mirada comprensiva y cariñosa.

Por primera vez... al ver de tan de cerca y tan sinceramente su rostro preciosamente ruborizado y sus ojos llorosos sentía... el primer palpitar de mi corazón

///// A..Aldred sama..

Solo pudo abrazarle con fuerza, a pesar de saber que era un vamprio se preocupo mucho en verle herido se acurruco en su pecho , no le importaba estar semidesnudo frente a el, lo unico que le importaba era que aldred sama estubiera bien..
.
- me alegra qeu aldred sama se encuentre bien.. /// el sonido del corazon de aldred sama es hermoso.. me gusta mucho n///n

sonrie dulce muy sonrrojado, abrio sus ojos azules algo llorosos por lo reciente y esbozo una tierna sonrisa solo para Aldred , acaricio el rostro ajeno tiernamente aun sin borrar su sonrisa.

- que desea de desayunar Aldred sama?

A pesar de que cada vez que lo veía era algo como una "oportunidad" no podía resistirme a solo darle uno de los más cálidos abrazos que un muerto le puede dar a la unica persona que quiere. Me di cuenta de que, a pesar de ser de poco comer, ya tenía 4 semanas sin "saciarme" y el verle tan sumiso ante mi mismo era más que una invitación.

-Em... ¿Por qué no...?- dije viedo llamativamente su cuello -Aahh..- sin darme cuenta ya tenía en mi mano la barbilla de Ayase, la pequeña y delicada barbilla de ese pequeño ángel a lo que abria espacio con mi otra mano a su cuello -Te quiero a... ti

No notaba cuanto se quejaba, no notaba el tiempo que pasaba... no me notaba a mi mismo "¡Despierta vampiro imbécil!" me gritaba inutilmente ¿Qué estaba a punto de hacer? ¿Por qué él? ¡¿Por qué yo?!

A..Aldred Sama que ..que le pasa? .. no.. no me haga daño

decia al ver como me miraba y adonde dirigia su mirada, cerre mis ojso temblando pues tenia miedo de que me mordiera y no se controlara, no temia por mi vida si no.. por que moriria sin dcirle eso a Aldred sama antes.

- Aldred sama.. de detengase.. ////

se pudo separar de el pero cayo al suelo ...


[ me llaman a cenar]

Me quedé respirando hondo y lento cuando Ayase se lanzó al suelo, realmente no estaba analizando la situación, no sabía lo que estaba haciendo, sentía lo peor... sentía que me perdía a mi mismo.

-A-aa.... A-yass...eeh- murmuré conteniendo algo, no sabía qué era, sólo quería liberarlo -Aya...se...

Me acercaba lentamente a él en lo que mis ojos se dilataban más en aquél color carmín. Coloqué mi mano sobre mi cara algo confundido y dejé salir un grito ensordecedor, algo me estaba molestando, no podía contenerlo, era él o era yo.

-Ayase... T-traeme algo de comer... l-lo que sea... un animal.. algo que tenga sangre... ¡Ya!- grité dejandome caer al piso mientras me reprimía con mis propios brazos.

Nunca, jamás en mis 400 años había sentido una tentación tan grande, si lograba beber lo que sea, así hubiese sido la sangre de un cuervo, estaría bien. Me recosté de los gabinete de la cocina esperando qeu Ayase reaccionara

obedeci inmediatamente, corri escaleras abajo donde tenian en el hotel la cocina, ahi habian aves, supuse que servirian, tome la jaula y corri hacia la habiatacion dejandole las aves en frente, luego sali de la cocina para quedarme en la sala abrazando msi rodillas algo asustado, nunca sintio tanto miedo, y le preocupaba Aldred sama...

- por favor que se recupere.. que no sufra...

me decia mientras lloraba abrazando mis rodillas, aun estaba a pecho descubierto y ya podia sentir frio, pero no dejaria a Aldred sama solo, me quedaria ahi hasta que todo pasara me acurruque en el suelo temblando levemente ... el sueño y la debilidad me vencieron.. me quede profundamente dormido..

En cuanto Ayase hubo dejado el ave en la cocina esperé por pocos segundos a que se fuera de allí, a penas si había sacadp parte del cuerpo de la cocina cuando casi empecé a sentir la locura, destruí por completo la jaula y el ave casi escapaba de no ser por que la agarré de la cola antes de que saliera por la ventana, los gritos, los chillidos adoloridos y desmesurados del pobre animal seguro se oirían en la otra calle. Mis labios estaban llenos, repletos de sangre ya ún no podía estar satisfecho, estando en ese estado pensé en todas las diminutas ocaciones con sus razones por las cuales en mi vida había terminado en ese estado.

La sangre del animal era extraña, tenía un sabor asquerosamente particular, era amarga y turbia, llena de deseos que proablemente no cumpliría. ME dejé caer en el suelo con lo que quedaba de l ave triturada en mi mano mirando el techo, respirando hondo y cansado como nunca lo estuve.

-"¿Qué me está sucediendo...?"- pensé -"¿Por qué hice esto?"- me reproché -"Estuve a punto de herir a la persona que más quería... que ahora... era tan importante para mi..."- me recordé

Eché un leve suspiro llevando mi mano derecha a mi cabeza, sentía un dolor meramente agonizante, cerré los ojos, vi a Ayase acongojado en un rincón en la sala, estab asustado... y todo era culpa mía. Salí de la habitación a penas caminando y con una nostálgica mirada, no la veía, pero la persibía.

-Ayase...- susurré mirandole en extremo preocupado, me acerqué a él y le acobijé con mi chaleco ensangrentado de mi propia "comida" -¿Estás bien?...- No oí nada y suspiré -Estaré en la habitación... por favor perdóname... yo no quise...- terminé viendo con odio mi propia mano manchada.

Me volteé y caminé desepcionado, molesto conmigo mismo, hasta que me paré para decir mis últimas... bueno... no sabía si serían las últimas palabras, pero era algo que diría... eso nada más.

-Ayase... tal vez... tal vez no...- en ese momento me interrumpí apretando mi mano fuertemente, clavando mis uñas en mi piel, no quería decirlo... no quería ¡No iba a hacerlo! No... no me atrevería... ¿O si? -tal vez no deberías trabajar para mi- dije molesto mordiéndome los labios -Bueno... no...

Me sentía apresado en mis propias palabras, no quería decirlo, quería que Ayase se quedara conmigo, quería que quisiera quedarse, lo deseaba tanto... pero yo le estaba haciendo daño... él era tan frágil y delicado... y yo... lo estaba desquebrajando... no me molestaba decirle que lo amaba... a pesar de lo recio que siempre fui extresando lo que sentía; no temía abrazarlo... a pesar de que siempre deteste demostrar afecto por nadie. Pero... lo estaba aniquilando... la culpa... me carcomía mi ya muerto corazón. El corazón... que él había echo palpitar...

Abri sus ojos desconcertado acaso Aldred sama me estaba despidiendo? eso me hizo entristecer de sobremanera me abrigue mas con el chaleco que me habia dado y no pude evitar derramar unas lagrimas. en parte ya le habia tomado mucho afecto a Aldred. No afecto en si si no algo mas y fuerte, mire el suelo sintiendo como el corazon se me partia en dos.

- e...esta bien.. so... solo debe decirle a Shiki sama o Sebastian sama para que ... caduque el contrato..

se me escapó una lagrima , no pude evitarlo , tape mi rostro comenzando a llorar tristemente, no queria dajar a Aldred sama... lo queria , lo ..lo amaba mucho .. peor ..pero que podia hacer el ya no queria que trabajara para el , que habré hecho? , sequé mis lagrimas queria decirle lo que significaba par ami pero... no podia decirle no por que... no era momento.

- i..ire por mis cosas..

Dije dandome la vuelta para dirijirme al cuarto de servicio donde estaban mis cosas er ala primera vez que mehabia enamorado pero aun no entendia por que Aderd ya no queria mi presencia ahi , cuando llegue a mi cuarto cogi mis uniformes y los meti en la maleta sin ordenarlos no tenia animo ya cuando la maleta estaba lista me recoste en la cama aun con su chaleco encima, cerre mis ojso tomando su aroma.. queria estar en sus brazos protectores... queria estar con el .. solte un llanto amagrgo abrazando aquel chaleco.

- por que ahora.. ahora que le amo tanto...

Spoiler:

Estaba aún de espaldas, dándome cuenta de que tal vez a él realmente no le importaba dejarme ¿O si? Yo realmente no le veía, no quería hacerlo o de una manera u otra lo ataría a mi de cualquier manera, definitivamente no le dejaría ir. Auqellas palabras de "está bien" "caduque el contrato" ¿Era solo eso para él? ¿un contrato, una paga...? ¡¿¡¿un servicio?!?! ¿Por qué lo estaba dejando ir? Tal vez la única razón era que lo amaba, si esa era la razón, lo amaba demasiado como para dejarme hacerle daño.

-Si yo...- dije algo reprimido y molesto conmigo mismo -Supongo que... hablaré con ellos... más tarde.- terminé aún sin voltearme a verle.

Sentí como se iba de la habitación, la soledad que siempre me había acompañado regresó a mi. "tic-toc-tic-toc" El sonido del reloj... si, el maldito sonido del reloj... con Ayase las cosas eran sin dunda en un sinnúmero de emociones más ruidoso que estando solo, era divertido... "divertido" ¿Qué carajo significaba esa palabra? ¿Era tan nueva para mi?

Había intentado ser paciente, y para ser sincero, dos días habían sido muy poco tiempo, ese sentimiento ese "amor a primera vista" que siempre me parecieron tan ridículos e irracionales comenzaban a carcomerme la piel, sentía claramente como las telarañas que se haían desvanecido al rededor de mi corazón se volvían a armar con el pasar de los minutos que parecían horas sin ese hermoso ángel a mi alrededor.

¡No! ¡¿Qué haces?! ¡Puedes matarlo aléjate! ¡DEJA DE CAMINAR! me gritaba mientras andaba en pasos funebres a la puerta que nos separaba. me importo poco, o muy poco lo que estuviece haciendo, cambiándose, empacando, incluso si estuviese a punto de suicidarse ¿Qué demonios me importaba?

Entré con una incómoda violencia abriendo la puerta y casi partiéndola, dejándola agrietada y desnuda a su color, vi a Ayase tendido en la cama abrazado de mi chaqueta.

-Ayase... mi Ayase...- por primera vez una cruda lágrima se dejo caer por mis mejillas pálidas y desnudas a lo que me alzaba a abrazarle sin importarme lo que él pensara de mi, yo le amaba, y quería que fuese mío ¡Solamente mío! A nadie más se lo daría, con nadie más lo compartiría -Ayase~ Ayase~- susurraba con un tono irradiante en pervertida excitación, le quitaba la ropa con una violencia delicada mientras besaba su cuello y acariciaba su pecho, atrayéndolo a mi mientras le tocaba desvergonzadamente como nunca pensé querer tocar a alguien.

Ya estába él casi sin ropa, tendido debajo de mi, bajo mis cruentas manos y fornido cuerpo, apresado por mi misma piel, me recosté cansado de esperar en su pecho blanco y delicado a sollozar como si en mí aún hubiese una lagrima que dar.

-Ayase yo... soy un imbécil... quiero que te quedes... pero estoy muy seguro de que puedo hacerte daño... no quiero herirte ¡jamás me lo perdonaría!... Hay veces en que deseo poseerte como si fueses ya alguien mío... pero entonces me topo con esa mirada tuya y ese sonrojo inocente que me hace no querer hacerlo... por creerte ajeno a mi. Quiero que te vayas porque no quiero herirte... y no quiero herirte porque te amo. Tú... ¿Tu me... me ayudarías enseñarme a no herirte por amarte tanto?- terminé mirpandole fijamente con mis enrojecidos ojos cristalinos

Me asuste mcucho cuando entraba de esa manera, pe..pero que pasaba , me incorporé inmediatamente pero mu cuerpo fue apresado por el suyo, no entendia que pasaba, solo podia quejarme un poco estaba muy avergonzado, .

- A..Aldred sa..sama que..que hace? /// n-no...

trataba de frenarle pero el er amucho mas fuerte que yo , no podia hacer nadabesaba mi cuello y eso en part eme ponia nbervioso, unos suspiros se escapaban de mi garganta y unos quejidos se quedaban en ella , mis ojos se colocaron cristalinos por mis lagrimas y mis mejillas errojecieron cada vez que Adred sama pronunciaba palabra. que estaba tratando d e decir?, yo me quedaba tranquilo ya que el no queria que me marchara.

- so..solo escuche lo que dicte su corazón..//// yo..yo ... yo lo haré ... yo ..yo le amo Aldred sama.. u//u se que a su lado nada me pasará . me gusta estar a su lado..

Dije susurrandole mientras miraba sus ojos carmesi, si me daba pena estar casi desnudo frente a el, estaba temblando y me cubria el pecho con mis manos mientras le miraba... que que pasaria ahora?

Teniendo a Ayase ahora entre mis brazos de nuevo sentía la tranquilidad del porvenir, por primera vez sentí miedo de la muerte que le asechaba por ser aún un ángel tan pequeño. Suspiraba algo molesto por la rzón de que tan pequeño ser me causara tanta felicidad y me hiciera tan asquerosamente sumiso ante sus ojos, sus labios, sus hermosas lágrimas.

-Yo no puedo oír mi corazón Ayase... él ya no palpita, nunca más...- le dije cabizbajo aún sobre él -Aunque no entiendo porqué cada vez que te veo.. cada vez que me acerco a tí... cada vez que te beso siento como si volviese a vivir- le dije acercánodme y besándole levemente

No podía negar que cada vez que Ayase pronunciaba su presencia algo en mí cambiaba, mis enojos se iba, mi rabia desaparecía y lo que me hacía tener las ganas urgentes de asesinar a los demás se volvían nulos.

-¿Qué quieres que haga Ayase? Lo que yo quiero es que te quedes conmigo, pero me odiaría en un sinfín de significados si yo llegase a hacerte daño- le pregunté algo avergonzado

Yo deseaba... lo deseaba tanto, me di cuenta que la única manera de controlarme era bebiendo solo una vez su sagnre y tal vez así dejaría de acecharlo tanto. Es decir ¡Sólo hay que mirarnos! Nada más habían pasado dos días sin terminar el segundo y ya lo había intentado matar la misma cantidad de veces que lo hice con...

-Ayase... ¿Me dejarías beber de ti?- le pregunté algo cansado, había estado un buen rato tratando de resistirme, mis ojos enrojecieron cono nunca antes.