Su descanso había llegado… para su mala suerte. Además de hacer su trabajo, no tenía otra cosa en la que entretenerse. Podía visitar a su hermana, hablar con ella o quizás ayudarle en el trabajo, sin embargo, aún no sabía cuál era su horario, en qué zona del hotel estaría o cómo poder encontrarla. Quizás le estorbe o la distraiga, por lo que visitarla ya no era una opción, no al menos hasta que pueda contactar antes con ella para poderle visitar. Suspiró, estirando sus brazos muy ociosamente, y luego de pensar unos minutos decidió irse para el café. Ahí podría descansar un rato o leer un libro, así que se dirigió hacía allá. Una vez llegó se sentó en la primera mesa libre que encontró, sacó un libro pequeño y se puso a leer. No es que leer le pareciera aburrido, al contrario, era su pasatiempo favorito, sin embargo, la noche anterior no había descansado lo suficiente, por lo que se quedó dormido habiendo pasado apenas unos pocos minutos. La mesera se acercó para tomar su pedido, y al verlo dormir no supo qué hacer. Miró a sus costados buscando a alguien con quien tal vez hubiera llegado o algún familiar, pero no pareció encontrar a nadie relacionado con el chico, por lo que o bien era despertarlo, o bien dejarlo dormir.