Sus dias en el hotel eran muy pocos ya que era apenas un recíen llegado, no conocia del todo los lugares que conformaban a éste y a pesar de que sabia que era un camarero, no sabia con exactitud lo que debia hacer aunque ya se hacia una idea.
La noche habia caido ya y poco a poco los alrededores fueron quedandose vacios a excepción de ciertos trasnochadores que preferian el ambiente nocturno, ciertamente estos eran pocos. Y, a pesar de el viento era un tanto frío y las estrellas y la luna eran opacadas por nubes, decidió salir a recorrer aunque no le gustara del todo el entorno estando conciente de su naturaleza de vampiro.
Caminó entonces varios minutos resguardandose del frio con su abrigo negro, miraba hacia todas partes y examinaba cada lugar para que quedara grabado en sus pensamientos. El tiempo transcurrió y el siguió caminando sin importarle los peligros a los que estuviera expuesto, esto hasta que llegó a un jardín que, le hizo detenerse no sólo para admirarlo sino también para descansar y tomar fuerzas para su caminata.
De hecho, se recostó en la hierba ligeramente húmeda y extendió sus brazos y piernas mientras su mirada se perdía en el cielo infinito. Sus pensamientos se apagaron de un momento a otro y aunque el día no habia sido para nada agotador debido a sus constantes huidas de su trabajo, pronto cerró los ojos y se quedó dormido simplemente por el hecho de estar relajado. Claro, se le olvidó por completo lo que podria pasar si algún huésped llegaba a verle.
Jue Abr 22, 2010 2:43 am