Ya había estado desde horas despierto, a esto que, no podía dormir bien las noches. Todo el mundo sabía que el día es la noche y la noche la vida de un vampiro. Él, aún así, intentó pegar ojo por la noche, pero, más la falta de actividad y algunos ronquidos producidos o ruidos por algún gracioso que se creería rebelde no le dejaban cerrar sus párpados por una vez. Bostezando, en la recepción, cerró los ojos un momento para luego ser golpeado por Shiki con su agenda (U: Aún me produce gracia xD) que le dio en el cráneo, haciendo que su bostezo fuera interrumpido.- ... -Al momento se presentó a él con una reverencia, como le era de costumbre, sin nada que decir u objetar por el golpe que recibió, esperando a que sus deberes fueran impuestos. Primer objetivo del día: Acompañar a una Mucama que no había llegado a cumplir su labor, encontrar una habitación para quién sabe qué. Sin más, asintió sin importarle lo más mínimo qué debería hacer después, ya que ni preguntó ni se le había comentado o explicado.- Sí, señor... -Retomó su reverencia una vez más, saliendo en la búsqueda de la joven mucama extraviada.
Como la pereza le ganaba en ese momento, éste había tomado el ascensor hasta el piso correspondiente a la habitación que solicitaba la asistencia de la gata. Al llegar, pero a un cruce a donde estaba ésta, oyó un pequeño quejido que, para el oído humano o de otra raza, podía parecer espantoso o temeroso a conocer. Hakuma, sin darle importancia, más no lo oyó bien, se paseó por el pasillo hasta encontrarse a una joven esparcida en el suelo, y, como buen caballero, se agachó hasta ella para tenderle la mano y así ayudarla.- ¿Está bien, señorita?... -Sonrió, de una forma bastante amable rozando lo tierno (?).
Al ver de quién se trataba, éste tardó en reaccionar con un ligero movimiento de sorpresa, pero su mano no se apartó del alcance de Charlotte. Sonrió de nuevo al dejar que la mueca de sorpresa se hubiera desvanecido, carraspeando con debilidad su garganta.- No sé si sabe que Shiki-sama espera de su regreso al acabar su labor, señorita... -Esperó a que la joven parase sus quejas por el dolor, pero en ese momento no pudo hacer más que esperar a que ésta se levantara para poder utilizar algún medio de Primeros Auxilios.