Un brindis por la ejecucion!

Caminaba sin muchas ganas por los pasillos, el muchacho parecía que estaba bien viviendo en ese lugar… que extraño… Entré en el cuarto y me abstuve de decir ninguna palabra mientras el chico me explicaba todo lo que no podía hacer.
Cerró la puerta quedándose en la parte de fuera y yo me derrumbé en el suelo de la estancia dejando la guadaña a un lado.

-madre…

Intentaba aguantar como podía aunque la presión era enorme. Antes de dejar que Relicar fuera asesinado yo misma sería asesinada intentando matarlos a todos. Volví a tomar compostura y abrí la puerta.

-¿podrías… entrar un momento… por favor?

Intenté ser serena esperando a que entrase y cerrando la puerta tras de él.

-dime… ¿cuánto tiempo llevas trabajando aquí? ¿Te encuentras bien en este lugar?

Mis preguntas se iban por las ramas pero también me interesaba mucho como un humano podía decir tan alegremente que podían beber de él. Los humanos son personas no vasos…
Me giré para mirarlo y luego dejé la guadaña apoyada en la cama mientras yo misma me sentaba en ella.

-voy a llevarla a cualquier parte, es un distintivo de mi familia y así seré reconocida, mi madre siempre la llevaba, así que no creo que vean inconveniente en que ahora yo la lleve.

Suspiré sonoramente con cara molesta.

-no puedo hacer eso… no, no recuerdo del nombre de mi clan. Fue arrasado hace mucho tiempo y solo sobrevivimos mi hermana y yo.

Lo miré a los ojos aun con rostro sereno y frio, no podía decirle a él que ella sí tenía sentimientos, igual podría delatarla.

-además… su príncipe me ha invitado, tiene que dejarme pasar sino desgraciadamente no podré asistir a la cena.

Vi el cuarto, era frío y sin ninguna clase de aspecto hogareño, ¿por qué el príncipe querría que yo fuera? Se veían a distancia mis intenciones… Y no las cambiaría.

-dime, Mathew, tu… ¿qué opinas de los vampiros que poseen sentimientos?

La pregunta la formulé con un deje, como si simplemente sacase un tema de conversación pero la verdad es que me gustaba saber las opiniones de la gente, con lo que yo era. Un ser al que matarían si lo supieran….

-dudo que me concedan lo que yo deseo…

Dije dándole la mano y alzándome cogida a él y al arma y caminando con cara seria.

-¿Y quien dice que nosotros mismos no somos bestias?

Mi pregunta era algo resignada, seguía haciendo mi papel a la perfección no quería romper mi fachada.

-y… yo no poseo sentimientos, solo era una pregunta como otra cualquiera…

Fruncí el ceño mirándolo como molesta porque pensase que yo tenía sentimientos, el hombre anterior que había matado a los caballos y al conductor de mi carruaje seguramente pensaba que no se podían poseer esos sentimientos que tan felizmente el muchacho proclamaba como libres.

-igualmente permaneceré al margen de todos los invitados… no me gusta estar en multitudes…

Mi mirada fría y sin brillo no mostraba nada, simplemente un rojo vivo pero algo apagado.

-¿estarás a mi lado o te irás cuando entremos en ese lugar? Prefiero tener una buena compañía a estar rodeada de desconocidos…

Seguía con la vista al frente mientras le preguntaba eso, pero bajando un poco el tono de voz.

-otra cosa… ¿Crees que es normal que vayan a ejecutar a un vampiro por acabar con los que matan humanos por diversión?

Lo miré inquisitivamente mientras mis pasos iban decelerando hasta casi pararme.

Bajé la mirada muy molesta, contra los humanos era más difícil mostrarme arisca y además era mucho más difícil poder engañarlos.

-¿y cómo son?

Le pregunte mientras pasaba al lado de vampiros, humanos y diferentes gentes que para mí eran extremadamente extrañas.

-¿y… se podría hacer de defensor del acusado?

Lo miré con ímpetu mientras seguíamos caminando por los pasillos, esperaba que mi familia fuera de buen nombre como para ayudar en algo a mi amado, sino yo misma podria volverme una asesina, no me importaba tampoco.

-…las leyes están bastante mal por lo que veo… dejan a los asesinos sueltos y atrapan a los defensores…

Fruncí el ceño mientras caminaba para luego caminar algo más rápido para llegar a la puerta junto con el muchacho.

-no sabía que mi nombre estaría en la lista tampoco, apenas acabo de llegar… este viaje fue bastante precipitado…

Le dije al chico mientras miraba la sala y luego a él.

[¿escribí mucho? XD]

Miré al muchacho con una ceja alzada, “genial, moriré hoy…” Pensé para mí misma mientras nos acercábamos a un anciano que escribía nombres. Eso me pareció lo más extraño que podía pasarme, pero seguramente me equivocaba. Al llegar al anciano este me miró para que le dijera mi nombre.

-Frejya…

Mi voz era suave, casi un susurro, el hombre me miro de arriba abajo para luego escribir mi nombre, lo miré con signos de duda ante aquella mirada pero Mathew ya me hacía pasar a dentro de lo que parecía un salón de fiestas. Me guió hasta un sitio, extrañamente cerca de una de las cabeceras que estaban bacías.

-Mathew ¿Por qué aquí?

Le pregunte mientras tomaba asiento, le daba mala espina aquello, pero mantenía la compostura. Al cabo de un segundo me fijé en la gente que estaba en el lugar, me quedé fijamente mirando a uno “carente de emociones” y me entró algo de frío en ese instante.
Todo el mundo hablaba entre sí, o casi todos pero llegó el momento en el que todos callaron y se quedaron esperando ¿Esperando a qué? Me preguntaba yo, hasta que mi respuesta vino en forma de pasos, al girarme mis ojos pasaron por las tres personas pero en el último se pusieron como platos, tuve que hacer un esfuerzo enorme para seguir con mi compostura, aunque seguía mirándolo. “Relicar…” Sentí una punzada en mi pecho de alegría pero de algo extraño que fue tomando forma de extrañeza y algo más….
Mi mirada se clavó en la copa que tenía delante, aunque el príncipe se puso a hablar ni si quiera le dirigí una mirada simplemente intentaba ordenar lo que en ese instante había pasado, cuando oí el nombre de él volví a mirarlo solo para ver como él alzaba su copa, volví mi vista al resto de invitados, si hubiera sido humana mi pecho se hubiera quebrado en esos instantes aunque el dolor que sentía en esos instantes era el mismo. Cogí mi copa y la alcé sin ganas, para pósala en el mismo lugar donde esta estaba antes. Todo el mundo volvió a hablar, lancé una vista fugaz para ver que ellos también hablaban incluso él…
Miraba la copa con signos de inexpresivos, para luego sentir como un frío me recorría entera, bajé la cabeza para mirar mis manos las cuales estaban encima del vestido cogiéndolo con algo de fuerza, si seguía así lo rompería, por ese motivo lo solté. Miré a Mathew entonces y suspiré.

-Mathew dime… ¿te gusta estar vivo? Quiero decir, las emociones sean buenas, o sean malas… ¿te gusta tenerlas?

Quería entablar un tema de conversación con la única persona con la que hablaría en esos momentos, solo sentí algo así y de eso había pasado mucho tiempo… “hermana… ¿aun lo recuerdas verdad?” Por unos instantes miré a una de las ventanas viendo la oscuridad, aquella noche en la que dejé mis sentimientos cerrados bajo llave en lo más profundo de mí…
En estos momentos lo único que me calmaría era mantener una conversación con el alegre muchacho, aunque en mi cabeza las frases volaban a una velocidad increíble repitiéndose una, mas de mil veces. “ah encontrado a otra chica… debería estar feliz por él, sigue con vida…” Mis ojos solo miraban a Mathew las demás personas en esos instantes no me importaban nada, era más, si alguien me interrumpía en esos momentos, el hombre que anteriormente parecía que avisaba que nadie se le acercase, sería un niño juguetón y risueño. Madre en su tiempo me lo había explicado, al sentirme de ese modo, esos sentimientos tan tristes y molestos se tornaban en nada y me cerraba en balde a cualquier sentimiento, en ese instante la sangre que madre me proporcionó durante todo el tiempo que viví con ella me daba su fuerza, y eso, era mucho más peligroso que el más viejo de los vampiros que allí se encontraba.


Off: si xD aunque si me das cuerda yo también escribo muchisimo xD

Las charlas se daban a lo largo de toda la gran mesa, incluso aquel vampiro frio mantenia una charla a su manera. Julian hablaba con el principe esbozando una sonrisa un tanto diferente a la que usaba con Frejya, aunque esta no lo notara ya que el ver la situacion en la que se encontraba, con aquella chica, cenando en la cabezera de la mesa como si fuese un anfitrion de la casa en lugar de un prisionero.

Pero ella no estaba adaptandose muy bien a esta situacion, aunque el plan era incierto esperaba al menos una situacion dramatica al encontrarse con Julian, pero este la ignoro como si no existiera, incluso estan a pocos centimetros de distancia.

Quiza por eso decidio desviar su atencion a Mathew que era lo unico humano y mas cercano a ella en ese lugar tan frio.

-Estar vivo, claro que me gusta. No tendre todos sus poderes pero me las arreglo. De todas formas el constante consumo de su sangre me pone muy por ensima de los humanos, aunque sigo sin rivalizar con ustedes claro.

El chico sirvio a Frejya el ultimo vaso de sangre y retiro la botella de la mesa dandosela a la servidumbre encargada.

-En cuanto a las emociones, no se... Algunas me gustan, otras me desagradan, no es algo que suelo pensar, simplemente estan ahí no es algo que podamos evitar.


Cuando todos habian terminado sus botellas llegaron nuevamente los sirvientes para traer el plato principal: sopa de sangre decorada con petalos de rosa. Algo bastante vistoso y seguramente elavorado, ya que la sangre espumante aunque sencilla había resultado deliciosa y bien aceptada hasta por el mas reacio de los comensales.

Todo seguia su curso pero ni bien el príncipe dio su primer bocado a la sopa, un niño aquel que había visto al comienzo de la cena se levanto y dirigió unas palabras al principe.

-Disculpeme por arruinar su plato, pero no tengo intención de quedarme a ver toda la ceremonia de como cena. En mayoría vinimos por un juicio y creame que tengo mas cosas de las que ocuparme en mi territorio. Así que, puede decirme que significa el hecho de que el prisionero este tan a sus anchas cenando y hablando con usted?

Muchos murmullos iniciaron en la mesa, muchos se preguntaban lo mismo que este pequeño de 12 años, otros simplemente veían como inaceptable esa interrupción. Incluso el príncipe mostró una cara de desagrado por la intromisión de su invitado pero pronto recobro la compostura de príncipe de cuento y respondió.

-Sir Daniels, siempre es un gusto tenerlo en mi mesa, no obstante si no puede mantener su boca cerrada hasta terminar el plato tendré que pedirle que se retire.

Entonces fue Veronica su acompañante quien siguió la frase:

-Ademas todos saben que las charlas se hacen luego del plato principal y durante el postre! de lo contrario se quedarían sis tema principal antes de terminada la cena!

La voz de la chica era mas bien infantil y soberbia, parecia ser del tipo de persona que se lleva al mundo por delante sin pensar en las consecuencias.

-Veronica - la interrumpió el principe - Estaba hablando...

El hombre profirió una mirada fría y siniestra a la chica que por un momento mostro en sus ojos miedo y al instante bajo la cabeza.

-Disculpe amo, no volvera a ocurrir.

El principe volvió a cambiar su expresion a la version amable y continuo.

-Niños, impulsivos y molestos, pero le dan un toque de color a todas las situaciones... Sin ofender - aclaro mirando al chico vampiro de 12 años - Volviendo al tema, le agradezco senior Daniels por arruinar mi cena, ahora no podre seguir con mi plato.

La servidumbre rapido se acerco a la mesa retirando todos los platos, algunos mostraron desagrado porque ni siquiera lo habían llegado a probar.

-Bien, mientras esperamos el postre hablemos entonces, ya que tantas ganas tienen, del motivo de reunión. La sentencia de Relicar Ninebehr presente a mi izquierda.

El príncipe paso su vista por todos los invitados pero se detuvo en Frejya.

-Mmm, tu cara no la conozco aunque me resulta familiar... Cual es su clan señorita?

En ese momento todos voltearon a ver a la chica todos menos uno de los presentes, Julian.


[Posteo desde Italia para que veas que no me olvido de vos =) .... Mi personaje todavia no dijo palabra T__T =P]

Tomaba la sangre sin mucho interés, lo cierto es que no tenía ganas de tomar nada, lo hacía por no hacerle un feo a Mathew ya que los demás en esos instantes no me importaban nada.

-La vida es bastante buena si sabes cómo vivirla, espero que tu vida no solo se halle entre estos muros… sino la estarías desaprovechando…

Mi mirada se volvió en unos instantes triste y luego volvió a ser como era antes.
Cuando trajeron el plato de sangre con pétalos de rosa miré a mi acompañante humano con una pregunta en la mirada “¿en serio tengo que comerlo?” En ese instante un niño se alzó y muy cortes mente dijo lo que algunos pensaban, dirigí mi mirada hacia el muchacho y luego hasta el príncipe, del cual no apartaba la mirada incluso entrecerré los ojos mirándole de manera calculadora por unos instantes, con qué era eso… se mostraba agradable en público pero a solas era una persona despreciable.
Vi como la muchacha bajaba la cabeza y se disculpaba, en ese instante volví mi mirada al muchacho, intentaba por todos los medios posibles no mirar a Relicar. El niño se sentó, supongo que era algo molesto, que te llamasen niño teniendo más expectativas de vida que igual alguien que aparentaba treinta años.
Los sirvientes retiraron los platos con bastante rapidez vi como mostraban bastante desagrado por su parte algunos de los invitados, yo apenas me inmute, era un alivio no tener que comerme eso, es más si llegaba al postre tendría que comerlo y eso que yo era de tomar más bien poco.
En un instante todos los vampiros ahí presentes comenzaron a mirar hacia mi persona y giré lentamente el rostro para ver como el príncipe se dirigía a mí, tragué saliva para mirarle con signos de indiferencia.

-… Disculpe que su curiosidad no sea calmada pero no recuerdo el nombre de mi clan.

Seguí mirándolo, quería ser lo más respetuosa posible pero también quería salir de ese lugar bien rápido. ¿Le resultaba familiar? Miré al resto de vampiros con mala cara mientras ellos me miraban a mi ¿Qué soy? ¿Un mono de feria? Me volvía a sentir molesta por sus miradas clavadas en mi, al final dirigí una mirada a la chica llamada antes Verónica, parecía ser todo alegría pero igual las apariencias engañaban.

-podría preguntarle ¿cómo le resulto familiar si mi presencia en este lugar ha sido esta la única vez?

Volví mi mirada hacia él mientras mi mente cavilaba, podía haber sido muchas cosas, igual había visto a mi hermana, o igual otra cosa…

Mira a la persona que le hablaba con el ceño fruncido.

-no le oculto nada, si no sé información no puedo dársela.

Cogí aire, estaba comenzando a enfadarme y mucho, apreté con fuerza mis manos mirándolo con ojos afilados.

-Disculpe mis palabras pero creo que si yo no me meto con su persona o familiares usted no debería hacer lo que está haciendo conmigo, si no quiere... que sea irrespetuosa ya que usted lo está siendo conmigo. Mi boca está cerrada cuando debe, señor.

Entrecerré los ojos mirándolo aún más afiladamente mientras miraba mi arma, los invitados parecían ovejas copiando lo que hacía él.

-no tengo tampoco esa información, esta arma pertenecía a mi madre…

Cierro los ojos por unos instantes y suspiro tranquilamente, me enervaba ese hombre, pero tenía que tranquilizarme. Miré el postre con poco entusiasmo para luego fulminar con la mirada al regente del lugar.

-usted peca de ser poderoso y bastante irrespetuoso con el resto de personas… No deseo mantener esa conversación que me ofrece si sigue siendo igual de descortés.

Ante su pregunta miré a Relicar y asentí sin decir ninguna palabra, tampoco tenía que darle explicaciones.

-solo es pecado si no sabe tratar a sus súbditos.

Después de eso se quedo en silencio mostrando descaro pero a la vez respeto, se calmó completamente mostrando poco interés a las miradas que en ella se clavaban de alguno de los invitados.
Sentía como si la mirada de la chica llamada Verónica la llamaba para que cruzasen miradas. En ese momento lo hizo mostrando completa serenidad en el rostro y algo de curiosidad también, mientras el príncipe hablaba la gente mostraba una sonrisa la cual ella no era partidaria, mantenía el rostro serio y observaba el helado derretirse poco a poco mientras seguía el monologo.
La tensión era bastante en mi cuerpo aunque algunas palabras pasaban por mi mente, tan fugaces y afiladas que me dolían en lo más profundo de mí ser.
Cuando pidió que nos pusiéramos en pié así lo hice aunque mi flequillo ensombrecía mis ojos que seguían mirando el helado como si estos lo derritieran. Las palabras del príncipe se quedaron en su cabeza en ese preciso instante “la total libertad” alcé la vista sorprendida, aunque no decía palabra los demás estaba dispuestos a protestar.
Por primera vez en largo tiempo volví a escuchar su voz, aunque no se dirigía a mí, me alegraba oírla.
Los invitados se mostraron reacios ante la sentencia, pero mis ojos seguían posados en él. Por un instante brillaron al sentir cruzar nuestras miradas pero todo pasó rápido, mi mente me negaba y me repetía el dolor que había sentido con anterioridad.
Sentí la mano de Mathew y desvié mi mirada hacia él, asintiendo ante su frase aunque otra persona me pedía reclamo también.

-ah… Está bien, Mathew por favor acompáñame

Le pedí mientras con total libertad le cogí del brazo con mi mano libre como si de un amigo se tratase y seguía a la otra persona. Sin entender muy bien por qué Verónica quería entablar una conversación conmigo.

Caminaron directamente mientras el principe seguia debatiendo educadamente contra sus invitados que habian abandonado sus modales.

Al pasar por al lado de este, le dirigio una sonrisa amistosa a Frejya y continuo las discuciones que en esos momentos se daban.

Pasaron por detras de la cortina por la que habian entrado originalmente y pasandola dieron con dos puertas al final de un simple pasillo.

En un de las puertas cerradas estaba parada Veronica que saludo al verlos.

-Buenas noches... Seniorita Frejya, pase por la puerta por favor - puso de lado la cabeza al ver que tenia agarrado de la mano al sirviente - Ehm... El debera quedarse afuera...

Miré al príncipe con curiosidad por su sonrisa, no lo entendía. Para dirigirme hacia el pasillo, caminando con Mathew del brazo.
Vi a Verónica parada delante de una puerta.

-Buenas noches, señorita Verónica.

Miré hacia la puerta con signos visibles de curiosidad para luego volver a mirar para ella, la cual miraba como tenia cogido a Mathew.

-está bien.

Me giré hacia él soltándole y poniendo mi mano en su hombro.

-encantada de haberte conocido Mathew, espero que algún día volvamos a vernos, seguro que seremos buenos amigos. Ten cuidado ¿vale?

Le mostré una sonrisa amplia, la primera que había mostrado desde que salí del hotel y luego me giré con rostro serio a Verónica.

-¿No eras tú la que deseaba hablar conmigo?

Le pregunté con voz tranquila, para luego mirar de nuevo a la puerta.

-… es igual…

Susurré pasando por la puerta que ella me indicaba con el arma cogida por ambas manos por si tenía que ponerme “seria”, no creía haberme pasado demasiado con el príncipe para que me tendieran una emboscada.

Con mi mortecino corazón en un puño escuchaba las palabras que Julian, él se había movido pero yo por mi parte no había dado un paso más desde que Verónica había cerrado la puerta, me encontraba cerca de esta, en silencio con el rostro ensombrecido.
Para que en unas milésimas de segundo apareciera enfrente de él abrazándolo.

-¡tonto! Me asustaste…

Temblaba ligeramente, solté el arma dejándola caer sobre un sillón cercano y abrazándome más fuerte a él, para alzar la vista hacia su rostro y mirarle con ojos brillantes.

-No vuelvas a hacerlo por favor o no podre volver aguantarlo…

Mi rostro reflejaba tristeza pero también alegría, volvía a estar con él y era lo que me importaba, los pensamientos tristes del porqué de su comportamiento habían desaparecido.
Con una de mis manos le limpié una lágrima acercando mi rostro al suyo.

-mis sentimientos hacia ti no han cambiado… aunque no puedo negar que si me sentía dolida…

Me separé un poco de él mirando a otro lado.

Abrí los ojos cuando sentí su abrazo y si hubiera sido humana, un sonrojo me hubiera inundado las mejillas, entrecerré mis ojos sintiendo de nuevo su cuerpo cerca del mío, rodeando yo misma su cuerpo con mis brazos hasta el momento en el que me dejo libre.

-je… supongo que no tenías ni idea de lo que iba a hacer…, la verdad es que me iba a dirigir a Francia en un carruaje, pero un vampiro mato a mi conductor y a los caballos y me obligo casi a ir con él.

Bajaba la vista mientras lo decía con las manos cogidas enfrente de mí, para luego alzar los ojos hacia él.

-¿ha… hablaste de mi al príncipe?

Eso me dejó algo perpleja aunque no disgustada, pero si sorprendida. Me quedé en silencio mientras me hacia esa petición, me cogía uno de los mechones de mi cabello y lo miraba como cogía mi arma y se giraba hacia mí, me acerqué a él en silencio con la mirada baja hasta que llegué a su altura alzando mi mirada hasta sus ojos.

-no quiero restablecer mi clan… quiero formar un nuevo contigo a mi lado.

Le mostré una sonrisa con amor, volviendo a acariciarle el rostro.

-No me importa a donde vayamos, ni si quiera si está muy lejos… estando contigo yo ya me encuentro en un mundo perfecto para mí, yo tampoco quiero sentir que te perderé… yo…

No tenía el valor de decirle que habría cometido una locura si la condena hubiera sido otra no hubiera dudado en usar el arma de mi madre que ahora él poseía en su mano.

-… la escribiremos juntos.

Le mostré una sonrisa tierna y le besé con amor y algo de pasión rodeándole con mis brazos.