Ala resentida

Después del arduo viaje decidió visitar el Hospital que le había dicho la recepcionista que había en el Hotel.

Había pasado unos cuántos días volando hasta llegar allí... normalmente un viaje largo no suponía un problema para ella, pero una ráfaga de viento muy fuerte la alcanzó cuando casi había llegado a su destino, y desde que posó sus pies en tierra el ala derecha se le resentía bastante.

Preferiría haberlo dejado pasar, no le gustaba que la gente tocase sus alas, o que las mirase, pero sabía que aquel dolor no podría ser nada bueno, y no quería en absoluto que aquello empeorase.

Entró dentro del lugar y esperó a alguien que pudiese antenderla con paciencia, apollándose contra una pared, algo cansada.

Ella caminaba por el lugar con una charola llena de medicamentos, algunas gasas, y jeringas, estaba llevando todo eso a un cuarto donde le esperaban varias personas con algunos leves rasguños por caidas en el hotel, caminaba tranquila y sin prisa por el lugar paseando la bandeja de utileria, cuando miro a una chica recargada en la pared, se acerco lentamente a ella y le sonrio, lee intrigaba eel por que estaba recargada asi, dolor de cabezza? quisas, algun mareo? que tal dolor de estomago, pensaba en eso y mucho mas

-Señorita, se encuentra bie?- pregunto una vez quee estubo a su lado

Hikari levantó la cabeza al escuchar una dulce voz dirigiéndose a ella.
Vió que era otra de esas extrañas criatuas con orejas y cola de gato, aun no dejaban de sorprenderla, pero le gustaban.
Se fijó en lo que la chica llevaba, y pensó que seguramente sería, lo menos, una enfermera, asíque decidió contarle su problema

-Gracias por preocuparte. Pero no es nada grave- Dijo Hikari sonriéndole ligeramente-En el viaje hacia el hotel una ráfaga de aire me golpeó y me lastimé un ala, solo venía a ver si se podía hacer que el dolor remitiese
Y era lo cierto, lo único que quería era que el dolor desapareciese o al menos que fuese menos intenso para poder volar de nuevo.