Era un dia bastante normal, demasiado normal, me parecia sumamente raro el que no ubiese algun evento desastroso, como que Misa rompiera toda la vajilla, que Hakuma acosara a algunos huespedes, inclusive me extrañaba no oir alguno que otro grito desesperado debido a los varios botones y mucamas con tendencias 'peculiares' que teníamos en el hotel.
Soltando un suspiro, entre hacia el modulo de compra de empleados y me sorprendi un poco al ver a una joven huesped ya esperando
- valla, parece que nunca logro atinarle, siempre llegan antes que yo... -
Le sonrei levemente y fui hasta el otro lado del modulo, mirandola con ligero interes y cordialidad me dirigi a ella
- buenos días, en que puedo servirle señorita? -